Cerrar
Publicado por
JOSÉ CAVERO
León

Creado:

Actualizado:

LA CUESTIÓN la ha planteado el dirigente de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, cuando ha evocado que «Zapatero prometió que la política no le iba a cambiar, y apenas ha pasado unas semanas y ya va sobrado». Contra Zapatero, su talante y su estilo lanzan permanentes críticas los populares de Rajoy y Mayor. Caben dos posibilidades: que Zapatero se vea influido por el medio ambiente político o que Zapatero influya al conjunto de la política. Hoy por hoy, es más probable que sea Zapatero el que ejerce influjo. Hay coincidencia en apreciar que está siendo «el gran descrispador», «el relajante» que necesitaba una clase política ácida e híspida, la que, a su vez, había favorecido el crispante y prepotente Aznar. Cada líder consigue teniendo el ambiente que él mismo origina o suscita. En nuestros días puede sorprender que, en sus mítines, Mayor Oreja recurra a tonos de acusación o crítica contra el adversario que ya parecían erradicados o aparcados. El propio Rajoy ha rebajado notablemente sus sarcasmos. Acebes se ha visto severamente reconvenido y su gestión ha quedado seriamente en entredicho en dos controversias con su sucesor en Interior. Y Zaplana ha enmudecido. El Aznar de los últimos tiempos sí que iba sobrado. Como para participar en la guerra de Irak y proclamar que eso sacaba a España de las sombras de la historia. Y él solo, sin tener que contar ni con su partido, donde se llegó a producir una inexplicable actitud general de aborregamiento, envió tropas a un conflicto del que el noventa y muchos por ciento de la población quería permanecer alejado y ausente. En realidad, a Llamazares parece haberle molestado que Zapatero se atribuya en primera persona el mérito de haber hecho regresar las tropas en Irak cuando, en efecto, y conforme recordó Llamazares, ese regreso se produjo gracias al empuje de la sociedad civil, del movimiento pacifista y de la izquierda plural. Nunca viene mal recordar al poderoso que en sus decisiones más aplaudidas posiblemente hubo un origen en los propios ciudadanos que las aplauden.