AL MARGEN
Empate técnico en León
El Partido Popular superó por 79 votos al Partido Socialista en la provincia de León, un empate técnico que demuestra ante todo la existencia de un equilibrio entre ambas formaciones políticas, que sólo se ve alterado cuando entra en juego la UPL. En las pasadas elecciones de marzo el PSOE venció al PP al absorber en mayor medida el voto de la UPL, partido que pasó de 41.000 a 13.000 votos. Se habló entonces del efecto Zapatero y también del impacto emocional que había provocado el atentado de Madrid, teóricamente determinante en la victoria socialista. Es evidente que el efecto Zapatero se mantiene y cabe interpretar que la menor participación tiene mucho que ver con la falta de información de los ciudadanos sobre la importancia de estos comicios al Parlamento Europeo y a la teoría de que ha sido amoritizada la carga emocional de los atentados, como puede deducirse del bajo nivel de participación y de la mayor abstención de los jóvenes. León vuelve a ser una isla dentro del PP de Castilla y León. En el mapa de las elecciones de marzo la provincia de León fue el único punto «rojo» de Castilla y León. Ahora el mapa es uniformemente azul. Sin embargo, mientras que en el conjunto de la comunidad el PP aumentó sus resultados con respecto a las Elecciones Europeas del año 1999, en León ha bajado, aunque ciertamente muy poco, algo menos de un punto, pero a su vez el PSOE ha crecido 14 puntos, al haber pasado del 33,64% al 47,79%. El PP ha ganado las elecciones en todas las provincias con un porcentaje de votos superior al 50 por ciento, menos en León. De esta forma los populares refuerzan aún más si cabe su posición en esta comunidad autónoma, donde el PSOE no parece que tenga muchas opciones. El de ayer ha sido el cuarto triunfo electoral consecutivo del PP en un año en Castilla y León. Si en el conjunto de la provincia el PP logró la victoria por apenas cuatro décimas de diferencia, en la capital las distancias han sido algo superiores, 1,8%. También el PP ha descendido ligeramente, menos de un punto con respecto al año 1999, mientras que el PSOE ha subido por encima de un 16%. En este caso el incremento se registra a costa de IU, que ha perdido la mitad de sus votantes de hace cinco años, y de la UPL, que había logrado más del 12 por ciento. Deliberadamente se realiza la comparación sobre porcentajes y no sobre el número de votos, porque el bajo nivel de participación de los comicios de ayer (apenas el 50%) podría desvirtuar un análisis que se pretende realizar más sobre comportamientos que en torno a la dicotomía victoria-derrota. Los resultados pueden permitir también a los expertos una aproximación a un fenómeno no desdeñable. Sea por la especial circunstancia del efecto Zapatero o por cualquier otro motivo, la realidad es que el voto de la UPL se ha ido mayoritariamente al PSOE. Ocurrió en las elecciones de marzo y ha pasado ahora. Excepto que se admita otra hipótesis, también plausible; que el mayor índice de abstención se produjera entre los afines a la UPL, al no contar con siglas en la contienda.