Ya van dos
CUANDO tomó posesión el nuevo gobierno iraquí se auguraba a sus miembros un futuro complicado. En menos de 48 horas ha quedado claro que hay mucha gente en Irak sin escrúpulos y empeñada en desbaratar cualquier intento civilizado de salir del caos en el que quedó sumido el país tras la ocupación. Si el sábado murió asesinado el viceministro de Asuntos Exteriores, ayer moría acribillado el director de Relaciones Culturales, Kamai Jarrah. La sombra de Sadam sigue siendo alargada.