Diario de León
Publicado por
LAUREANO M. RUBIO PÉREZ
León

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MUCHAS veces se ha dicho que los leoneses tenemos lo que nos merecemos y esto se hace más tangible cuando uno lee en la prensa las declaraciones de ciertos politiquillos de pesebre, partido y oficio desconocido alegrándose de que una opción política como la UPL desaparezca del mapa político. Estos deseos, poco relacionados con el espíritu democrático, no se si se deben a una convicción bipartidista o a la creencia de que los votos leonesistas podían beneficiarles. Esto es lo que deben pensar los dirigentes leoneses de Izquierda Unida, que como no tocan poder ni lo tocarán en este Reino de León, todo le parece bueno, incluso la posibilidad de partido único, es decir el suyo. Por el bien de la democracia y de esta tierra leonesa maltratada, incluso por la incompetencia de buena parte de los políticos que están ahí por el chollo que suponen los sueldos que ellos mismos se ponen, no sólo sería malo el bipartidismo, sino también la desaparición de Izquierda Unida como opción política a la que nunca votarán los leonesistas. Dicho esto, a partir del congreso de Astorga en el que la UPL, como cualquier otro partido político, decidió por unanimidad de los quinientos asistentes emprender un nuevo rumbo sin romper con sus planteamientos ideológicos y programáticos, como lo demostraron las dos únicas ponencias presentadas y aprobadas por unanimidad, hemos asistido a todo un cúmulo de manifestaciones de otras fuerzas políticas que a la vez que se frotan las manos por la supuesta crisis interna, intentan desprestigiar a esta opción política leonesista desde el convencimiento de que la necesitan para tener poder en determinados ámbitos y desde la preocupación que les produce el saber que los votantes de la UPL son fieles a una ideología, el leonesismo, que mientras no se demuestre lo contrario es tan ideología como la supuesta izquierda o derecha. Además la UPL parte con una ventaja, la de que sus votantes a su posible mentalidad conservadora o progresista, añaden otra que cada vez más va a triunfar tanto en España, como en Europa, el regionalismo y en este caso la defensa de una identidad leonesa desde el respeto y en el seno de una realidad nacional española y una clara proyección europea. Este fenómeno por el que se ha pasado de las grandes visiones globalizadoras de antaño presididas por las dos grandes concepciones ideológicas, izquierda y derecha, no sólo está ya superado por el nuevo sistema capitalista, sino por la propia ciencia histórica, pues no en vano el gran historiador marxista Pierre Vilar, abrió el camino con su gran obra Historia de Cataluña. Hoy más que nunca y desde una visión desinteresada se puede afirmar que son necesarios tanto los partidos de ámbito nacional, como los regionalistas, por lo que los que desean su desaparición lo único que están demostrando es que ni son demócratas, ni son políticos o representantes dignos de la soberanía popular, sino mas bien vividores de la política. Dicho esto, a los que asistimos a este debate y a la aireada crisis de la UPL desde fuera de sus órganos dirigentes, nos produce cierta tristeza tanto determinadas posturas y declaraciones internas, como las externas ya apuntadas. Que la UPL no cuenta con el apoyo financiero que los dos grandes partidos tutelados desde Valladolid o desde Madrid, es un hecho. Que la UPL tiene que luchar contra los intereses de las oligarquías dominantes de los grandes y pequeños medios de comunicación que se apresuran a difundir sus debilidades, supuestas luchas internas y errores, a la vez que escatiman sus logros y desvelos por esta tierra, también es un hecho. Lo que deben de saber sus enemigos es que esta situación provoca el efecto contrario, es decir, el arraigo del leonesismo en los jóvenes cansados de ser manipulados por los poderes dominantes, pues a diferencia de otros cautivos considerados preclaros o con posesión de la verdad, los jóvenes leoneses tienen cada vez más claras las ideas y ahí está la esperanza del leonesismo, como se ha puesto de manifiesto tanto en el congreso, como en la clara expansión que la UPL ha tenido en las provincias de León y Zamora. El congreso de Astorga, al que debieron de asistir el propio De Francisco, como sus más directos colaboradores y de una vez por todas hacer frente a las descalificaciones e injurias difundidas no tanto, creo yo, por los compañeros de partidos, como por los muchos enemigos que posee en la ciudad de León que no han parado de difundir su situación monopolista, su supuesto enriquecimiento con el acaparamiento de cargos bien remunerados o su venta al PSOE a cambio no se de que, dejó varias cosas: la primera que aunque todo partido necesita un lider, la UPL necesitaba pasar de una gestión unipersonal o paterno-tutelar a la gestión colegiada; la segunda que en un partido pequeño el monopolio de cargos no sólo no es beneficioso, sino que da la impresión que no hay personas válidas para desempañarlos en rotación; la tercera que , como demostraron las recientes elecciones la hegemonía de la ciudad de León en la UPL ya pasó y ahora es el resto de los pueblos, villas y ciudades de la provincia, incluida la de Zamora, los que tienen mucho que decir y decidir, tanto en lo que respecta a la Diputación, como a Valladolid. Los militantes de la ciudad de León que no asistieron al congreso tuvieron la gran oportunidad de presentarse a los cargos y de presentar una ponencia, cosa que ni se atrevió ni hizo la concejala Covadonga Soto que por miedo a perder poder y sueldo millonario en el Ayuntamiento, que apenas revierte minimamente en el partido, pues se lo lleva casi íntegro para su casa, prefirió descalificar a un compañero que sí asistió y defendió en los debates su postura. Esta señora y todos aquellos que desde dentro han entrado al trapo de los muchos enemigos del leonesismo son unos irresponsables y lo que demuestran son varias cosas: que no les importa la desaparición de la UPL; que están ansiando cargos políticos por dinero y que tienen miedo a que sea un órgano colegiado formado por muchas personas los que decidan sobre la política, los pactos o su posición en una lista. Por lo menos la postura de Rodríguez de Francisco ha sido más prudente, aunque pienso que se ha equivocado y de alguna forma emborronado una larga trayectoria de lucha desde un leonesismo sentido y sincero. El era el más indicado para haber hecho la revolución y el cambio desde arriba. Como no estoy dentro desconozco las razones que tuvo para no hacerlo y presentarse en Astorga. Desde mi modesta opinión debe saber que sus enemigos no están dentro; que los que llevan mucho tiempo descalificándolo e injuriándolo, madre incluida, están fuera y muy cercanos a él; que por derecho, militancia y méritos él es necesario en la UPL y su sabiduría política y experiencia pueden aún aportar mucho beneficio a la Región Leonesa. Ahora bien, desde el desconocimiento de la dinámica interna de los partidos políticos, quisiera resaltar que, como reconocieron los propios periodistas allí presentes, el congreso de Astorga, no sólo fue modélico, sino que contó con dos ponencias fundamentales desde las que se buscaba un rumbo claro o unidireccional y un lugar en el contexto político desde la definición de un partido regionalista con aspiraciones y ambición. Tanto los futuros pactos, como el diseño de una política común en las ciudades y en las provincias han de decidirse en el seno de los órganos colegiados, desde el consenso y seriedad que exige, no tanto el capricho o enemistades personales, cuanto los proyectos y el beneficio de la Región Leonesa. Desde esta posición la UPL en modo alguno debe de permitir que se le chulee, mangonee o engañe por parte de las otras dos fuerzas políticas centralistas, pues en el propio criterio, las ideas claras y el rumbo único leonesista está la credibilidad y el futuro premio de los paisanos que aún hoy, y no se por cuanto tiempo, habitan, sienten, viven y trabajan en el viejo Reino de León. Menos declaraciones descalificantes y más trabajo y ejemplo de leonesismo.

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