Diario de León
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DE UNA MANERA directa y sin tapujos, algunos políticos socialistas leoneses están clamando porque León sea reconocido como región y le sean concedidas competencias dentro de la actual autonomía de Castilla. Ante estas manifestaciones, me surge una pregunta, que agradecería que alguien la contestara. ¿Qué ha sido León en estos últimos veinticinco años, si realmente no ha sido región? Si echamos una mirada al pasado, podemos ver con total nitidez que, hasta el siglo XIX, España se componía de una serie de reinos, entre los que brillaba con luz propia el Reino de León. Es en ese siglo, concretamente el año 1833, cuando se hace la nueva división administrativa y se forman las regiones. Todas ellas tienen la misma categoría, es decir, ninguna recibe título especial alguno como histórica, nacionalidad, etcétera, a pesar de la diversidad, incluso de tamaños, entre una y ocho provincias. Entre estas regiones ha estado, desde el primer día, como una más la región de León. Esto es algo que millones y millones de estudiantes españoles hemos aprendido desde niños. En 1978 se aprueba la nueva Constitución y las regiones son elevadas a la categoría de autonomías. Todas las regiones reciben esa distinción excepto una: la Región Leonesa. Aquí empiezan los enredos de los políticos. Unas regiones son denominadas nacionalidades y además calificadas de históricas. Nadie entiende el motivo, ni tampoco nadie da explicaciones. Por ejemplo. yo pregunto por qué Cataluña es nacionalidad histórica y Aragón no; por qué lo es el País Vasco y no lo es Navarra; por qué lo es Galicia y no lo es Asturias; por qué lo es Andalucía y no lo es Castilla. Para evitar suspicacias, no nombro a León. Supongo que los ciudadanos seguiremos sin recibir información porque cuando alguien se ha metido en ese embrollo, los históricos se lo han querido comer. El segundo enredo es el motivo o motivos por el cual León ha sido la única región que no obtuvo su autonomía como las demás regiones, siendo además incluída en Castilla. Tampoco aquí ha habido explicación alguna, al menos los ciudadanos leoneses lo ignoramos. Tampoco espero respuesta a esta cuestión, pues esa es la costumbre de esta país, no dar explicaciones. La pregunta que yo hago a esos políticos socialistas es la siguiente. Si la Región Leonesa necesita el reconocimiento expreso de región, ¿eué es ahora? Si no tiene autonomía y no es una región, ¿qué es entonces? Anticipo una respuesta: si esos políticos tienen razón, que la tienen, es que la Región Leonesa es una simple colonia vallisoletana. Si la respuesta es válida, y para mí lo es, la solución no es solamente el reconocimiento de región, que siempre lo fue, sino la obtención plena de autonomía propia como el resto de las regiones, algo evidente. Los políticos populares, por boca del presidente de la Junta, el señor Herrera, ha pedido al señor ministro de Administraciones Públicas la reforma del Estatuto de autonomía, que incluya las trasferencias de la Confederación Hidrográfica del Duero y la producción hidroeléctrica. Si lo consiguen, la Región Leonesa bajará su actual categoría de colonia a esclava. Valladolid, desde la formación de la autonomía, ha crecido más que las ocho provincias restantes juntas. Ése ha sido el reparto equitativo que la Junta ha hecho con los dineros comunes. Valladolid sabe muy bien que con los recursos actuales que tiene puede estar llegando al límite de su desarrollo. Dentro de pocos años, la capital pucelana puede llegar a los 500.000 habitantes y el desarrollo tecnológico e industrial crecerá proporcionalmente a la población. Necesitará, ineludiblemente, dos recursos básicos: agua y electricidad. Con ellos, su desarrollo económico no tendrá límites; sin ellos su desarrollo tiene los días contados. Mira por donde esos dos recursos, que Valladolid no tiene, ni puede tener, los posee y en abundancia la Región Leonesa. La jugada está clara: van a hacer lo posible y lo imposible por conseguirlos, al precio que sea, cediendo en todo aquello que no les perjudique directamente a ellos, como podría ser el archivo de Salamanca. Si esos dos recursos, que están situados en la región leonesa, caen en manos pucelanas, nunca será posible la recuperación de esta región. De nada servirán títulos honoríficos, infraestructuras, etcétera, ante la falta de los recursos necesarios que proporcionen ingresos a los ciudadanos. En estos últimos veinticinco años la Región Leonesa ha quedado casi sin industrias generadoras de empleo; unas porque se las han llevado y otras porque están a punto de que se las lleven. En estos momentos, las tierras leonesas no son más que una simple colonia productora de materias primas y de recursos básicos renovables, cuyas plusvalías y beneficios van a parar a otros lugares. Para colmo, hasta los impuestos pagados aquí son invertidos fuera de aquí. Señores políticos, dejen de enredar a los ciudadanos leoneses. Hasta ahora han utilizado la razón de la fuerza en lugar de la fuerza de la razón Si después de veinte años de amarga experiencia con la actual autonomía, algún político tuviera dudas sobre la aberración creada con León, propondría que echara un vistazo a los datos económicos más esenciales de las tres provincias leonesas, compararlos con los mismos datos medios de toda España y con los de Valladolid, seguro que verán la luz y muy clara Pero si todavía quedara alguna duda , vean el recibo de la luz y háganse dos preguntas: ¿Quién recibe los beneficios y plusvalías que generan las centrales hidroeléctricas situadas en esta región? ¿Quién percibe los impuestos directos del IVA que pagamos todos los ciudadanos de esta tierra y dónde se invierten? Si después no ven la luz con claridad, tengo que pensar que no la quieren ver y que son cómplices de la rapiña que se está ejerciendo sobre los derechos y recursos de los ciudadanos del Reino de León.

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