Diario de León
Publicado por
AMADEO NÚÑEZ
León

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EL HIMNO a León, junto con el valenciano y el gallego, son los únicos himnos «nacionales» con letra, que ha habido hasta hace muy poco tiempo en esta España de las autonomías (el himno español todavía no tiene letra); y junto con La Virgen del Camino, Patrona de la Región Leonesa, es uno más de los motivos por los que este País Leonés debería tener Autonomía y no figurar de rondón en el invento del Pepero Martín Villa y el Obrero Socialista Peces Barba. El Himno a León no fue un encargo de nadie y nadie pagó por él a sus autores. La letra fue compuesta por José Pinto Maestro en 1932 y la música por Odón Alonso González, dos amantes de su tierra y se lo dedicaron, como figura en la portada de la partitura, a la Diputación y al Ayuntamiento de León. Esta obra, fue compuesta para ser cantada por el Orfeón Leonés siendo éste el depositario de la obra. Fue estrenado el 25 de julio de 1934, año santo o de perdonanzas, en Hospital de Órbigo con motivo del V Centenario de las Justas de Don Suero de Quiñones. Con posteridad se hicieron los arreglos para ser interpretado por la Banda Municipal de León, de la que también era director Odón Alonso. El Himno a León presentado al pueblo leonés en la fecha anteriormente citada llegó al alma de los leoneses, les gustó, el pueblo lo aceptó, y le sintieron como suyo, lo cual llevó a las instituciones, 44 años después, a declararlo himno oficial, siendo publicado en el Boletín Oficial de la Provincia el 10/04/78, un año después de la muerte del maestro Odón Alonso González. Con este motivo, la orquesta Sinfónica de RTVE dirigida por Odón Alonso (hijo), hizo una grabación del Himno a León siendo esta recibida por la prensa local, con un «No es eso, no es eso» según consta en los diarios de la época, por un par de cambios introducidos en la letra y algún arreglo para adaptarlo musicalmente a una gran orquesta. El Himno a León se inicia con la Marcha de la Ciudad de León cuando es interpretado por la Banda Municipal. Esta introducción no tiene nada que ver con El Sitio de Zaragoza como piensan algunos profanos al escucharlo. Un himno no es un curso acelerado de historia ni un compendio lingüístico, es, un poema, una sucesión de versos que enaltecen de forma artística el sentir de un pueblo y como he dicho antes, fue y me consta, como orfeonista, que sigue siendo el Himno a León para los leoneses, pues en todos los pueblos piden al Orfeón Leonés que lo interprete. Expondré las razones por las que defiendo que esta obra reúne las condiciones para ser un Himno a León. La primera estrofa habla de la importancia del Reino de León en la historia de España, no en vano con la instauración de la capital del Reino por Alfonso III (910) en León se reinicia la idea goticista de España perdida 200 años antes con la incursión de los musulmanes en la península. Ya en siglos anteriores el pueblo astur fue el último en caer bajo la égida romana. Antes de que Castilla existiera, Concilios en Coyanza 1055, León 1090, 1107, 1113, 1172 etc. Fueros 1017 León, 1085 Sahagún, 1164 Benavente, de los que emanaron multitud de fueros en diversas localidades del Reino. En 1188 se celebraron las primeras Cortes democráticas del mundo permitiendo la participación del pueblo. Y 17 Reyes Leoneses. Todo ello antes que el condado de Castilla se convirtiera en reino. Como se ve, no es enfrentamiento, es simple y llanamente una hermosa síntesis de la Historia de la aportación de el Reino de León a la historia del Reino de España. Cuando José Pinto y Odón Alonso escribieron el Himno no se habían inventado las autonomías; una vez inventadas, la primer autonomía en constituirse, por historia, debía haber sido la del antiguo Reino de León es decir Salamanca, Zamora y León. Romances, como el de Bernardo del Carpio y sobre el cerco de Zamora, cantaron con clarines de victoria las hazañas leonesas siendo sus habitantes, los indomables astures replegados en los valles de Sajambre y Valdeón, los que iniciaron la defensa de Hispania. Algunos jerifaltes del resto del autonómico suelo patrio cambiaron paz por dinero, cuando no apoyaron a los invasores obteniendo con ello puingües beneficios. Lenguaje no es sólo la facultad humana de comunicación, (el habla). También es un sistema estructurado de signo no verbales, (que no es el caso). Y el estilo o modo de hablar y escribir de un pueblo, o de cada uno en particular. Efectivamente la reconquista propicio que los aguerridos astures que venían de ser sometidos, lingüísticamente hablando, por los romanos y su latín, teniendo en cuenta que al tratarse de legiones de soldados reclutados a lo largo y ancho del imperio su latín no sería el más académico, produciría una inmersión lingüística de los astures en los castros celtas que no sería ni excesiva ni buena. Con la llegada de los suevos etcétera, más permisivos en estos temas que los romanos, se inició una nueva forma de comunicarse que mezclada con la lengua rústica de nuestros ancestros propició la aparición de un nuevo lenguaje. Los leoneses ¿astures? vertiendo la sangre empuñando los hermosos pendones que pululan por la geografía leonesa fueron llevando este nuevo lenguaje, el leonés, por las tierras que conquistaban y luego repoblaban. El castellano, cuyo origen es distinto, se aprovechó de la situación política del Reino de León, y con la creación de la Escuela de Traductores de Toledo, que lo normalizó, avanzó haciendo que las demás lenguas peninsulares retrocedieran. La nobleza y la hidalguía como el andar, se demuestran andando y los dos citados en el Himno a León lo son por sus respectivas hazañas, y sirven como ejemplo de la buenhomia de los leoneses. Las dos estrofas dedicadas a la catedral de la ciudad de León son muy hermosas y son válidas como símbolo que esa cultura y esa forma inmaterial de ser que tienen los leoneses, duros como piedras, sobrios como nos definía Estrabón, antes de ser conquistados por Roma. La historia de nuestro pueblo es milenaria, Alfonso IX asiste a la consagración de la Catedral de San tiago y murió camino de Santiago donde fue enterrado como expresión de fe. La última estrofa, es el presagio de un futuro incierto para un pueblo al que los leoneses ya no defendemos como debiéramos. Gloria a ti, pueblo sin par; a mis labios el corazón se asoma para gritar: ¡Viva León! ¡Viva León!

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