Un cambio espectacular

¿ESTO ES España? El cambio político, que certifica el cambio social, está siendo vertiginoso en el tiempo y espectacular en su contenido. La realidad ideológica que se dejó ver el martes en el Congreso de los Diputados no se parece en nada a la realidad que hemos visto antes de la llegada al poder de Rodríguez Zapatero. Han caído las más sólidas convicciones de la España conservadora, arrastradas por la corriente de los hechos y las costumbres sociales. Puede decirse que sólo se mantiene en pie el discurso de la Iglesia. Estoy hablando, lógicamente, del primer gran paso dado hacia el reconocimiento de las parejas de hecho, incluídas las homosexuales. Es curioso que esta iniciativa parlamentaria se produzca a los pocos días de que el Papa le pidiera a Zapatero respeto a la familia tradicional y que no reconociera los matrimonios gay. Pero el presidente no debe tener problemas de conciencia: otros partidos, incluso de raíz cristiana, como el PNV, se mostraron tan progresistas como el PSOE. ¿Y qué me decís del PP? ¿Se imagina alguien al ortodoxo, católico y conservador Partido Popular votando a favor de eso? Cada vez que asisto a un funeral o una boda, veo a sus dirigentes comulgar. Después de contemplarlos en actitud beatífica, ¿quién los puede imaginar instando al gobierno, junto con «peligrosos» nacionalistas, a que regule esas parejas? Hasta hace tres meses, cuando todavía ocupaban el gobierno, a ningún ministro le pareció urgente esa reforma. Y, de pronto, cambio de rumbo. Las explicaciones dadas desde sus escaños sonaron como el principio en que Adolfo Suárez basó su reforma política: «Hagamos normal en la ley lo que a nivel de calle es simplemente normal». El PP ha comenzado a ver una realidad social que, al parecer, no podía contemplar desde La Moncloa. O, quizá le cogió pánico a la soledad y se apresuró a aplicarse a sí mismo otro principio pragmático, que causa tantas transformaciones en nuestro país: «Maricón él último». Y se ha puesto al lado de quienes presidían la manifestación, sin hacer más excepciones que la adopción por parte de homosexuales. Los ha reconducido la opinión pública. Me parece, insisto, uno de los cambios más espectaculares de los últimos tiempos. El progresismo que gobierna lo va a liderar. El conservadurismo que debe oponerse le acaba de dar carta de legitimidad. Y no cabe esperar manifestaciones de protesta en la calle. Y es que, en el fondo, la sociedad española lleva años por delante. La ley no hará sino asumir esa realidad.