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Publicado por
J.F. PÉREZ CHENCHO
León

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LA GUARDIA CIVIL de Tráfico ya había activado los controles. Acababa de estrenarse el mes de julio, uno de los dos meses de verano por excelencia. En el Hostal de San Marcos había concluido el plenario social de homenaje al que fuera presidente de la Audiencia Provincial, José Rodríguez Quirós. Entrañable. Quedó constancia de que los ciudadanos y colectivos sociales y profesionales aprecian y comparten los gestos de socialización de la Justicia. Los homenajes siempre tienen epílogo de copas. En el de Rodríguez Quirós no podía ser menos. La Lola es el recurso para tomar el penúltimo Ballantinés, con agua y hielo, por favor. Allí anclamos nuestras útlimas frases de la noche jueces, magistrados, políticos, procuradores, graduados sociales, abogados, periodistas y otra gente de bien o mal vivir. También lo hizo el decano judicial, Juan Carlos Suárez Quiñones, que estaba bajo control como juez de guardia. Su busca le llamó a rebato. Igual que las campanas de los pueblos cuando convocaban a la solidaridad ante los incendios. Estuvo media hora ausente. Al regreso nos anunció la tragedia: dos muchachos dejaron la vida en la carretera de Carbajal. Fueron los dos primeros muertos leoneses de julio. La nómina engordará más en estos meses de verano. Los controles de la Guardia Civil ayudarán pero no amortiguarán la tragedia. Es una forma triste de comenzar el primer gran mes del ocio. No sé si la normativa que prepara el ministro del Interior, José Antonio Alonso, de ganarse el carné día a día, o perderlo por puntos, dará resultado. Cualquier iniciativa será buena. Como es tremendo comprobar que lo denunciado desde este balcón en la víspera se transforma en absoluta realidad al día siguiente. El periódico de ayer me avala y otorga toda la razón: Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta, remitirá las quejas de colectivos sociales al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Escurre el bulto. Decididamente, la Junta se convierte en oficina de reclamaciones. Y ni lo comparto ni lo comprendo. Se supone que los gobiernos autonómicos están para algo más. Por eso cobran sus sueldos. Si los políticos regionales se limitan a remitir al Gobierno central las quejas y desamores, ¿Para qué necesitamos a la Junta? Esa pregunta está rotulada con tinta china en papel vegetal, tras la autorización de Medio Ambiente a Catisa para que continúe sus labores en la macrocantera que daña los ojos si miras desde Las Médulas. Ni el Ayuntamiento de Ponferrada, ni el Consejo Comarcal de El Bierzo, han denunciado la aberración medioambiental. Escurren el bulto. Queda en evidencia la mezquina política beciana y quienes la ejercen. Si ante un paraje declarado Patrimonio de la Humanidad no existe el mínimo corage para defenderlo, ni capacidad de crítica, es que existe podredumbre. Escandaloso. Las fundaciones tienen un objetivo: defender su patrimonio. Luis del Olmo amenaza con remitir una carta a Herrera. ¿Para qué?. Es presidente de la Fundación de Las Médulas y su obligación es impedir tamaña brutalidad medioambiental. Lo demás significa escurrir el bulto.