Cerrar

EN EL FILO

Sus señorías juegan a periodistas

Creado:

Actualizado:

A UNO, a veces, le gustaría no acertar. Claro que era difícil equivocarse cuando se vaticinaba que la comisión parlamentaria encargada de investigar el 11-m no iba a investigar gran cosa, pero sí a enturbiar otras muchas. Lo de la declaración del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduado Fungairiño, el pasado jueves, fue ya de traca. Casi insuperable, cuando dijo no haberse enterado de nada de nada en relación con el 11-m, porque él se dedica a ver los documentales de la BBC británica. Pero cosas veredes, amigo Sancho: porque la semana que entra promete ser aún peor. O mejor, al menos, permítaseme la frivolidad, para los titulares de los medios informativos, obviamente divertidos con el transcurrir de una comisión desinvestigadora que amenaza con llevarse por delante el prestigio de la policía, de los servicios secretos, del Parlamento y de la clase política. Menos mal que la memoria es flaca y, como ocurre ahora con aquella ex famosa comisión de la Asamblea de Madrid, donde hubieron de repetirse las elecciones autonómicas en medio de mayúsculo escándalo, es de suponer que dentro de un año todo este bochorno yacerá sepultado bajo la losa del olvido ciudadano. En principio, la semana que comienza mañana conocerá las declaraciones en la comisión de los jefes de los servicios de Inteligencia (CNI), el actual y su antecesor. Del actual no hay gran cosa que decir, excepto que es un perfecto desconocido, ingeniero de Montes y concuñado de quien lo nombró, que es el ministro de Defensa Bono. Seguramente ni siquiera ha empezado a tomarle el pulso a 'la casa', aunque ya hay un presupuesto de 16 millones de euros para construir un nuevo bunker para el Centro Nacional de Inteligencia, ex CESID, pese a que el edificio actual, en la Cuesta de las Perdices, no tiene ni veinte años; cuando las ideas escasean, al menos que se alberguen en un nuevo edificio. Así que la semana empieza fuerte, con los dos últimos responsables del espionaje español desvelando secretos y actuaciones que son precisamente las cosas que ellos deberían guardar bajo total reserva. Veremos si, al final, declaran o no, y cuánto declaran. Porque hay secreto del sumario aún -pese a todas esas filtraciones que tanto exasperan a María Teresa Fernández de la Vega- y hay obligaciones de cerrar la boca que todo espía, por su propia naturaleza, debería mantener. Lo mismo que los documentos salidos de 'la casa' para ser vistos exclusivamente por los ojos del presidente del Gobierno y, en su caso, del ministro de Defensa, de quien el CNI depende. No hay tal: los papeles que salen del edificio de la Cuesta de las Perdices son los más reproducidos de la prensa española y extranjera en los últimos años. Aseguran que algunos de los más importantes servicios secretos del mundo han levantado el pie del acelerador de la colaboración con el CNI. El MI6 y la CIA, por ejemplo; los anglosajones se fían poco de lo que está ocurriendo en el Centro. Claro que también es cierto que los norteamericanos han comenzado a retirarnos ya ciertas transferencias de tecnología militar. Así que la comisión, que muy serios temores despert ó inicialmente en el PP, el partido cuyo gobierno gestionó tan lamentablemente la información de aquel tristísimo atentado, les está yendo mal a todos, por supuesto. Pero peor al Ejecutivo socialista que a unos 'populares' que se consuelan pensando en que, al menos, se ha instalado la confusión total en torno a la autoría, a las investigaciones policiales, a las investigaciones de los servicios de inteligencia... ¿Quién es capaz de decir ahora que el PP ocultó datos, o que el PSOE manejó información privilegiada en su propio beneficio electoral? Pero eso no importa: esta semana, a menos que alguien logre reconducir las cosas, sus señorías se seguirán divirtiendo en la comisión jugando a periodistas de investigación. Ya tuvieron a su merced a la policía; ahora son los servicios de inteligencia los que comparecen en el banquillo de los acusados.

Cargando contenidos...