La desubicación de Aznar

EL EX PRESIDENTE del Gobierno, José María Aznar, ha declarado a la emisora colombiana Radio Caracol que tiene en su poder documentos clasificados, elaborados por los servicios de espionaje españoles, esto es, por el CNI (Centro Nacional de Inteligencia). Se jactó de llevarlos a su casa al dejar La Moncloa. Hizo lo mismo que José Mª Rodríguez de Francisco, quien también ha confesado haberse llevado el listado de militantes y la contabilidad financiera de los últimos ejercicios, tras cortarle las alas para impedir su vuelo absolutista. El ciudadano Aznar, sin responsabilidad oficial alguna, ha dicho que tiene documentos del Estado. Es un tema muy grave. La Secretaría General del CNI ya le ha requerido para que los devuelva, aunque Aznar, de gira por Argentina para promocionar su libro, «Ocho años de Gobierno», no se ha dado por enterado. Es un tema muy grave, digo, que demuestra la desubicación mental que tiene la persona. Ya durante los dos últimos años era patente que José María Aznar confundía al Estado con el Gobierno, al Gobierno con el partido, y al partido consigo mismo. Era patente para los ciudadanos, para la oposición y para los altos dirigentes del PP, aunque no levantaran la voz por el pánico a ser borrados del cuaderno azul. Sólo su impresionante equipo mediático, además de asumir la ceguera, también se hacía el sordo. José María Aznar ha añadido a su penoso final como presidente, con una derrota electoral que no acaba de asimilar ni digerir, el hecho incalificable de llevarse a casa documentos del Estado. Como es evidente que el tema podría acabar en los Tribunales, Mariano Rajoy y los dirigentes sensatos de su partido deberían aconsejarle que los devolviera inmediatamente. Que por una vez, y sin que sirva de precedente, reconociera un error. Tal vez sea predicar en el desierto. Si no ha admitido el terrible error de la guerra de Irak, la chapuza increíble en la tragedia del Yak-42 o la desidia en el atentado medioambiental del «Prestige» que llenó de lágrimas negras toda la costa gallega, ¿Cómo va a aceptar el consejo de devolver de inmediato los documentos clasificados?. Eso supondría evitar la crispación innecesaria en la vida política española. Aznar no está por la labor. Y dudo también que desee aprovechar el verano, tomarse unas largas vacaciones y dejar recuperarse a su partido para celebrar el Congreso Nacional de otoño en paz y libertad, sin la amenaza de fractura que él representa. Apunte de última hora: los servicios de seguridad acotan todas las medidas para la celebración, el viernes próximo, del Consejo de Ministros en nuestra ciudad. Con lo que no contaban es con el escrito del Partido Popular charro -ayer entró en el registro de la Subdelegación del Gobierno leonés- solicitando manifestarse ante el Hostal de San Marcos, sede del cónclave ministerial, en defensa del Archivo de Salamanca. No hace la solicitud el representante de un grupo cultural o de una fundación. Es una representante del PP. Su sentido de la oportunidad es deplorable.