Coto a la marginalidad

EN LA referencia del Consejo de Ministros, elaborada por la Secretaría de Estado de Comunicación, no se recogen la mayoría de los acuerdos que llenaron de júbilo a la zona Oeste de Castilla y León --León, Zamora y Salamanca-- y se extienden a Galicia, Extremadura y Asturias. La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, que es fina y dura como un junco, ciñó su comparecencia ante los medios informativos -nunca León tuvo tanto periodista por metro cuadrado-- a explicar los reales decretos, acuerdos e informes de los distintos Ministerios. El plato fuerte para León lo sirvió el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. ZP hizo un resumen breviario de sus primeros cien días -se cumplirán el próximo lunes- como presidente. Cien días de cumplimiento de los compromisos y de cercanía ciudadana. De diálogo y cooperación. De renovación democrática, con retorno a Europa, y un país en paz, no en guerra. Visionó la España social y plural, de la potenciación educativa y cultural. En otras páginas de este periódico encontrarán, uno a uno, los proyectos enumerados por Rodríguez Zapatero, con sus cifras y sus plazos. Tanto los relativos a infraestructuras, como los culturales, turísticos o de nuevas tecnologías. No defraudó, qué va. Rodríguez Zapatero dejó claro que está comprometido hasta los tuétanos con Castilla y León, y de manera particular, con el corredor del Oeste: León, Zamora y Salamanca. En todo momento, con una cortesía política absoluta, ofreció la plena colaboración del Gobierno a la Junta. Hasta dejó que el propio Juan Vicente Herrera sea el que enumere en los próximos días algunos de los acuerdos. Rodríguez Zapatero cumplió su palabra de celebrar un Consejo de Ministros en León. Trajo, además, un importante paquete de medidas. Para abrir boca no está mal. Faltan algunas iniciativas, sin duda, pero quiero asumir que ha comenzado a ponerse coto a la marginalidad de las tres provincias. El presidente del Gobierno también recordó los dos temas que mantienen en ascuas a los leoneses: la reforma del sector del azúcar o remolachero y el energético del carbón. Sus palabras fueron como un aliento para la esperanza. Rodríguez Zapatero conoce, por emplear sus mismas palabras, esta tierra. No diré que tanto como el ribereño que sabe hasta dónde mean los lagartos, pero casi. Todos los ministros habrán tomado buena nota del interés del presidente del Gobierno por el desarrollo de León, Zamora, Salamanca y del Noroeste en general. Deben saber que no basta con las medidas acordadas, sino que aquellas que puedan tomarse en el futuro, tendrán carácter prioritario para combatir la marginalidad en la que habían caido estras tres provincias del Viejo Reino de León. Un Viejo Reino que ha perdido en los últimos diez años la friolera de 70.000 habitantes. Es un dato que lo dice todo. Rodríguez Zapatero lo conoce y está dispuesto a saldar la deuda. El Consejo de Ministros de ayer supone la primera piedra. Lo mejor, como suele decir, está por venir.