EN BLANCO
Cien días de Bono
BONO es mucho Bono. El caso es que desde el primer día ha hecho evidente que él es diferente. Su toma de posesión como ministro causó bochorno a unos y aplausos entre otros. Su aterrizaje en el Ministerio de Defensa está siendo más controvertido de lo que se ve, o por lo menos de lo que ha aflorado hasta el momento. Pero Bono es mucho Bono, así que enseguida se puso a trabajar y cumplió con precisión la orden de Zapatero de retirar las tropas españolas de Irak y además sin problemas. Enseguida le hincó el diente a un asunto que tenía soliviantada a la opinión publica: el accidente del Yakovlev. Y el ministro no se ha andado con chiquitas, él que siempre ha estado tan bien valorado por las filas del PP, resulta que ha colocado a Federico Trillo contra las cuerdas, tanto que a éste ya sólo le queda dejar el escaño, mientras junto a Rajoy lamenta el comportamiento de Bono en el caso Yakovlev. Creen que ya «pagaron» su responsabilidad al perder las elecciones y Bono no dice ni que sí ni que no sino todo lo contrario, es decir les pone en evidencia cuanto puede demostrando que cuanto hizo Trillo con el Yakovlev fue un fiasco. Y como Bono tiene un enorme sentido escénico ya ha ocupado el centro de la escena. Tiene luz propia, y mando en plaza, es uno de los ministros que se hacen ver y que procura quedar bien. Los cien días de Bono han estado dedicados casi en exclusiva al Yakovlev, haciendo lo que no hizo el anterior Gobierno, deshaciendo lo que hizo mal el anterior Gobierno. Se sabe que Bono entra en el despacho de Zapatero «como Pedro por su casa» y que es uno de los pocos ministros que tienen línea directa con el presidente. y adónde va.Hay quienes creen, dentro de su partido, que Bono «pinchará», pero yo creo que él piensa sobrevivir a todos.