Golpe de efecto en el Ayuntamiento

PRIMER pleno municipal tras la ruptura orgánica de la UPL y último antes de la relajación de agosto. Era previsible: se montó el belén. Los leonesistas, tras el congreso de Astorga, están en proceso de absoluto desamor. El grupo municipal ha quedado fracturado en dos: por un lado, Rodríguez de Francisco y Covadonga Soto; por el otro, los tres ediles que se mantienen en la lealtad orgánica y también en la institucional del Ayuntamiento de León: Javier Chamorro, Alejandro Valderas y Gema Cabezas. La prueba del millón, sin pregunta y respuesta, es saber por cuánto tiempo. Rodríguez de Francisco regresó de sus vacaciones con ganas de pelea. Su leal compañera de fatigas, Covadonga Soto, en pre-parto, no asistió. El corregidor, Francisco Fernández, ha tenido que hacer cursos acelerados de encaje de bolillos políticos. Recomponer la estructura municipal, con las dos brasas ardiendo en sus manos, no es fácil. Francisco Fernández ha apostado por la oficialidad. ¿Cuenta con la fidelidad de la otra facción leonesista?. Miren ustedes: La experiencia dicta que, hasta la fecha, pactar con la UPL es como navegar por un río con riesgo cierto de morir ahogados. En el pleno de ayer quedó instalado el trípode del equipo de gobierno: Javier Chamorro, como primer teniente de alcalde; Humildad Rodríguez Otero y Alejandro Valderas, como segunda y tercer edil con vara y poder. De Francisco se opuso a casi todo: votó en contra de la nueva composición de la Corporación, de las comisiones informativas y de la designación de representantes municipales en las empresas participadas por el Ayuntamiento. También rechazó el decreto de la Alcaldía sobre las retribuciones económicas para él y para la concejala Covadonga Soto. De Francisco, en otro golpe efectista, en lo que es consumado maestro, renunció a asistir en el futuro a comisiones, a los plenos, a todo. Argumento supremo: han vulnerado nuestros derechos. Dijo que el corregidor ha cedido al chantaje de los tres mosqueteros que siguen bajo la bandera oficial de la UPL. Y amenazó con acudir a los tribunales por quitarle la dedicación exclusiva a su leal servidora en la Corporación. De Fancisco, en otra arrogancia insólita, abandonó la sesión. Es el último golpe de efecto ante las vacaciones del verano. Y para que los efectos especiales obligaran a los ciudadanos a especular, fueron muy comentadas las palmaditas en la espalda UPL/PP, con Franscisco Saurina de conseguidor. Al alcalde sólo le reservó el pleno la función de bombero. Pero continúan los ecos del Consejo de Ministros celebrado en León. Los populares vocean varios discursos. No pueden sostener Mario Amilivia y Antonio Silván en León que todo es humo y espuma, y en Valladolid les corrija el secretario regional, Alfonso Fernández Mañueco, asegurando que los acuerdos son un agravio para las demás provincias. Humo y agravio son incompatibles. Que semejante declaración la haga Fernández Mañueco, procurador regional por Salamanca, es increíble. E incoherente. Como incoherente resulta que los leonesistas griten su instatisfacción porque se confirmen inversiones, se anuncien algunas más y se propongan otras.