Vacaciones políticas

TRAS la intensidad del curso político, cuajado de procesos electorales y de conmociones incontables, la clase política ha decidido marcharse en desbandada de vacaciones todo el mes de agosto, en que la Administración permanecerá, como es habitual, semiparalizada. Están en su derecho pero ha producido cierta irritación social que los integrantes de la fallida Comisión sobre el 11-M hayan decidido «cerrar la tienda» sin concluir el inedificante espectáculo que nos han proporcionado.