Los yates son para el verano

TAMBIÉN las bicicletas, claro. Sólo que entre la bicicleta y el yate existe una no pequeña diferencia: la que va del menestral y humilde vehículo de dos ruedas a la deslumbrante y señorial nave de potentes motores y elegantes dependencias. El vecindario municipal y espeso sale a pasear en la modesta bicicleta. Los poderosos se reúnen en sus yates a tomar el aperitivo y charlar de sus cosas. Cosas que en no pocas ocasiones tienen que ver con los intereses del común. Por ejemplo, cuando se reúnen políticos importantes y periodistas de relumbrón, afines estos últimos a la ideología partidista de los primeros. La prensa nos ha dado noticia estos días de las reuniones político-mediáticas, en aguas mallorquinas, entre políticos del PP de alto fuste y poderío como Rajoy, Matas y Zaplana, y periodistas no menos importantes como Pedro J. Ramírez, director de El Mundo . Esta conjunción político mediática tiene su importancia porque en estos momentos se están produciendo diversos sucesos en los que algunos de los aludidos tienen algo que ver. En Valencia, por ejemplo, el portavoz del grupo popular en el Congreso y ex presidente de la Comunidad Valenciana, Eduardo Zaplana, está liderando un enfrentamiento de sus seguidores contra el actual presidente del Gobierno de la Comunidad, Francisco Camps. La última fechoría ha sido organizarle un plante de los diputados seguidores de Zaplana al presidente Camps en las Cortes Valencianas. Esto ha provocado una crisis en el PP de la Comunidad que se encuentra dividido en dos facciones: los «zaplanistas» y los «campistas», lo que supone un problema para el líder nacional del partido, Mariano Rajoy. Afortunadamente, Zaplana cuenta con buenos amigos en Madrid, sobre todo en el sector mediático. Uno de ellos, el mismo Pedro J., presente en la reunión, y que el pasado domingo, día 1, en su acostumbrada pastoral dominical, llenaba de elogios a Zaplana al tiempo que pronosticaba que Rajoy iba a confiar en él para el relanzamiento del PP. Y ahí tienen a los tres, Rajoy, Zaplana y Pedro J. tomándose el aperitivo junto a Jaume Matas, el presidente del Gobierno balear. ¿Se atreverá, Rajoy, a reprocharle a Zaplana las burdas maniobras que está llevando a cabo en Valencia poniendo en peligro la unidad del partido, sabiendo que Zaplana cuenta con el apoyo del todopoderoso Pedro J.?. Apoyo que, por cierto, también necesita -¡y necesitará!- el propio Rajoy. Pero no es sólo Zaplana quien precisa de los dos personajes citados. También Pedro J. anda con problemas. En su casa mallorquina de la Costa de los Pinos, en Son Severa, existe una piscina y un solárium construidos, por lo visto, en terreno de dominio público marítimo terrestre. Y una asociación ciudadana mallorquina ha salido a la palestra reivindicando la devolución del terreno para su uso público. Y ha convocado para el próximo día 14 una concentración «lúdicofestiva» frente a la casa mallorquina de Pedro J. Afortunadamente, también en la reunión citada se encontraba, como hemos dicho, Jaume Matas, presidente del Gobierno balear. Y algo podrá hacer en favor de su amigo Pedro J. En todo caso, fue el propio Matas quien siendo ministro de Medio Ambiente en 2001 concedió el permiso para la construcción de la piscina en la zona marítimo terrestre. Y ahora es presidente de Baleares. En fin, todo se andará. Están entre amigos. Sobre todo, Zaplana, Matas y Pedro J. Los dos primeros le han dado buenas y suculentas pruebas de amistad a Pedro J.: concesión de emisoras de FM, subvenciones al diario, contratos a la productora de TV de El Mundo ... En fin, yo te doy una cosa «a te» y tú me das una cosa «a me». Dios los cría y ellos se juntan. En los yates, claro, que estamos en verano.