Viejos de agosto

MÁS DE UN MILLÓN de personas mayores de 65 años viven solas en España, situación que les evita el cruel trance de ser abandonados cuando llegan las vacaciones. Según la denuncia de la ONG llamada Solidarios para el Desarrollo, muchos de los ancianos que son atendidos durante el resto del año por sus familias, cuando aprieta el calor empiezan a considerarse un estorbo y son abandonados. ¿Qué es mejor, vivir solos siempre o hacer un cursillo acelerado de soledad en los estíos largos y cálidos? No se sabe. Lo que sí se sabe es que vivir en compañía de una pensión no contributiva resulta muy desagradable. Quizá convenga precisar que los 65 años han dejado hace bastante tiempo de ser una frontera de la vejez. Sigue vigente en muchas jubilaciones. Esa edad no es la más adecuada para un centrocampista, pero supone la plenitud para un catedrático. Todos conocemos a personas de más de 65 que están en muy buen uso y eso se nota, más que en cualquier otra cosa, en que no dejan que se abuse de ellos. Pero mi intriga es saber dónde meten a los viejos cuando llega agosto. Hay quien dice que los depositan en residencias, pero eso sólo lo hacen los hijos cariñosos, que les demuestran su amor durante los otros once meses. También hay quien cree que a muchos los aparcan en las gasolineras. Lo cierto es que el número de personas mayores que viven solas se triplica por estas fechas. Un país extraño el nuestro, donde se baten las más curiosas plusmarcas: el noventa por ciento de los españoles suspende en comportamiento ecológico, según el índice elaborado por el sociólogo Díez Nicolás. Algo muy grave, aunque menos que el hecho de que el 58 por ciento de los menores de 25 años haya sufrido algún accidente automovilístico. En cuanto a la economía, para qué vamos a hablar: la deuda de las familias ronda el setenta por ciento del Producto Interior Bruto. Pero, de todo, lo más sorprendente es la ausencia temporal de viejos. Es más difícil verlos en las ciudades de veraneo, que ver en los periódicos la esquela mortuoria de un chino.