Pacto antiterrorista

EL LÍDER DEL PP, Mariano Rajoy, ha declarado que está «encantado» de que se incorporen todos los partidos al Pacto Antiterrorista suscrito con el PSOE en diciembre de 2000, incluido el PNV, siempre y cuando no sea modificado. El señor Rajoy sabe perfectamente que si el citado pacto no fue firmado por el PNV, EA, CiU, IU y otros partidos, se debió a que en su preámbulo se hace una referencia al PNV y EA, entre otras, con estas palabras. Dice Rajoy que el Pacto Antiterrorista ha funcionado bien y no hay que modificarlo sino mantenerlo como está. ¿Sin la firma de los nacionalistas? ¿Sin la de los demás partidos de izquierda? Lo cierto es que el Pacto se firmó en diciembre de 2003 con la esperanza de que sirviera para que los dos partidos constitucionalistas, PP y PSOE, ganasen las entonces cercanas elecciones vascas alcanzando entre los dos la mayoría absoluta y desplazando así, del poder, a los nacionalistas del PNV y EA. Mayor Oreja, candidato del PP a lendakari, era el gran valedor de esta operación y ya se veía en Ajuria-Enea con el apoyo de los socialistas, presidiendo el Gobierno vasco. Pero su fracaso fue tan rotundo que tuvo que dejar la política vasca y el liderazgo del PP en aquella Comunidad. Y lo han exiliado a Bruselas. Zapatero tiene la oportunidad de reunir a todas las fuerzas políticas representadas en las Cortes Generales, incluidos los nacionalistas vascos, para firmar un pacto contra el terrorismo doméstico de ETA, aprovechando el texto ya existente de 2003, suprimiendo o modificando el preámbulo. Si el PP no quiere sumarse y firmar el pacto reformado contra ETA porque sí lo firmarían los nacionalistas del PNV y EA con todos los demás grupos parlamentarios, es su problema. Si el señor Rajoy prefiere la soledad, está en su derecho. Ahora bien, si el PSOE prefiere mantener el pacto contra ETA sólo con el PP, como se encuentra ahora, negándose a su reforma y dejando fuera al resto de partidos políticos, incluido, posiblemente, alguno de sus socios, él sabrá por qué lo hace. El PNV ya ha dicho que está dispuesto a firmar el pacto contra ETA si se suprime su preámbulo. El PP se niega a su supresión porque no quiere firmar nada que firme el PNV. Necesita munición para las elecciones. Necesita armas de destrucción electoral». Y una de esas armas es mantener vivo el maniqueo de la complicidad del nacionalismo democrático vasco con ETA. Y si cae la breva de que el PSOE siente tentaciones de tender puentes de diálogo con el PNV y EA. ¡Miel sobre hojuelas!