CANTO RODADO
Sueños sobre ruedas
SI HAY algo que nuestros políticos (y políticas) tienen claro es el modelo de coche. No sabemos cómo andamos de modelo de provincia, modelo de desarrollo o modelo de futuro, pero sí de modelos sobre cuatro ruedas, salvo las excepciones de los que aún carecen de carné de conducir y aquelos que no parecen tener ningún interés en ello, como la concejala de Deportes, Tráfico y Policía Local. Conducir un BMW, y de ahí para arriba, es una de las aspiraciones meridianas de nuestros políticos y políticas, según se desprende de sus confesiones en León al Sol. Gente con ambición. Está claro, político/a se nace; pero, ¡ay del que prefiera el utilitario para aparcar mejor en la ciuda o ahorrar gasolina! Será tachado, por lo menos, de ordinario. El coche es una prenda más y en la escena política, o vas de marca o vas de culo. Es llamativo que quienes representan a los leoneses no tengan dudas a la hora de declarar sus preferencias al volante -Amparo Valcarce se escurrió en la respuesta con su coche fantástico, sabe por donde pisa- y, sin embargo, apenas sepan concretar algún sueño. Tenerlos, los tienen; o eso dicen. Pero no han soltado prenda. Se ve que tienen claro que la vida es sueño y los sueños, pues... sueños son (Calderón dixit). Es sorprendente que ellos, siempre ávidos de un espacio y una imagen en cualquier rincón del tabloide, no aprovechen la ocasión para soltar una parrafada políticamente correcta y dediquen al menos uno de esos sueños inconfesados a León. A su querida patria de cuyos queridos votos viven. O tal vez es que todo su horizonte de sueños se desliza sobre ruedas. Les ha faltado un pelín de asesoramiento mediático. Los gabinetes de prensa están de vacaciones u ocupados en elaborar informes -los regadíos en León, la atención integral al cáncer, excursiones por los parques regionales y por los hoteles de la ciudad- para paliar el ferragosto político oficial. ¡Qué sopor!