Ensayo general

QUE NADIE diga, de aquí en adelante, que su difunto padre o su tía Matilde o su amigo del alma eran seres irrepetibles. Los científicos de la Universidad de Newcastle han sido autorizados para completar el sueño del doctor Frankenstein. Por vez primera se autoriza la clonación humana con fines exclusivamente científicos -ya vendrán luego los otros- y se obtendrán células madre con la soñada propiedad terapéutica de curar enfermedades todavía consideradas como irreversibles, como el alzhéimer, el parkinson, cierto tipo de diabetes y otras dolencias degenerativas. Se trata de un ensayo general con todo lo necesario para que las efímeras criaturas humanas sean como los cromos. Si la oveja 'Dolly' era capaz de saltarse las bardas de su corral, ¿cómo ponerle barreras al avance científico? Además, la medida se esperaba desde hace bastante tiempo. Naturalmente, hay asociaciones que no son partidarias de la medicina regenerativa. También el Vaticano se ha pronunciado en contra. La verdad es que estas cosas dan un poco de vértigo y es lógico preguntarse eso de ¿dónde vamos a parar? La respuesta es que no vamos a parar, pero quizá no sea ocioso recordar que hubo épocas donde se prohibía desviar el curso de los ríos porque eso equivalía a «enmendar la obra de Dios». Fervorosos creyentes estimaban que era preferible dejar campos baldíos y por lo tanto, campesinos hambrientos, antes que modificar la naturaleza, ya que eso podría sentarle mal a su diseñador. Basta con entrar en ciertas oficinas públicas para darse cuenta de que hay mucha gente que está repetida, pero autorizar la clonación con fines médicos es otra cosa y abre nuevos caminos. Para hacer copias de personas se necesita tener un buen criterio ya que no sería lo mismo, si estuviera vivo, reproducir a Fray Luis de León, que al vivales del Padre Apeles. Lo cierto es que estamos ante una cuestión muy importante. La Historia demuestra que el hombre ha hecho siempre todo lo que podía hacer. El que inventó la pólvora no es responsable de su empleo.