Diario de León

TRIBUNA

El regionalismo castellanoleonés

Publicado por
MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ
León

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HASTA EL SIGLO XIX la organización territorial española estaba basada en las regiones históricas: Galicia, Asturias, León, Extremadura, Vizcaya, Castilla la Vieja, Navarra, Aragón, Cataluña, Valencia, Castilla la Nueva, Andalucía, Murcia, Mallorca y Canarias, que coincide, en líneas generales, con la división político administrativa de los Reyes Católicos. Los reyes siguen titulándose: «Rey de Castilla, de León, de Aragón, de Navarra, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Córdoba, de Sevilla, de Jaén, de Granada, de Mallorca, de las Islas Canarias, Conde de Barcelona y Señor de Vizcaya». En este siglo van a producirse importantes cambios sociales, políticos, económicos y culturales, muchas veces vertiginosos y contradictorios, consecuencia de los cuales surgirá un regionalismo muy especial, denominado «castellano» o «castellanoleonés». En este siglo se intenta introducir en España el unitarismo centralista por influencia del absolutismo francés, proceso iniciado por la dinastía de los Borbones y continuada por los liberales en las Cortes de Cádiz. Uno de los pasos será la creación de una nueva división territorial basada en provincias que anula la división regional. Como respuesta a la imposición del unitarismo centralista surgen los movimientos federalistas y regionalistas fundamentados en el amor a sus respectivas regiones con sus particularidades geográficas y culturales, siendo los más fuertes el catalán, el vasco y el gallego. Grupos de la burguesía harinera de la cuenca del Duero, principalmente instalados en Valladolid y Tierra de Campos, luchan por defender sus intereses económicos y crean una nueva conciencia regional con base en la economía. Manifiestan defender los intereses de Castilla la Vieja, que confunden e identifican con la cuenca del Duero (incluyendo toda la región leonesa y parte de Castilla). Se inventa así un nuevo concepto de Castilla, ajeno a la Castilla histórica a la que desplaza y manifestando un nulo interés por la historia y cultura de León y de Castilla. Es una Castilla generadora de España con capital en Valladolid, opuesta a los nacionalismos catalán, vasco y gallego y apoyada y difundida por escritores de la Generación del 98. Según Miguel de Unamuno, este «castellanismo» era mera negativa, simple anticatalanismo. En 1973 se presentó un proyecto de estado federal castellano, que incluía la región leonesa y que no llegó a concretarse pues chocó con la oposición de los federales leoneses y de los diputados que defendían los criterios históricos en la definición de los estados federales. El texto del Pacto Federal Castellano terminaba: «La sangre de los Padilla, Bravo y Maldonado que corren por vuestras venas y el ardimiento de que guardan memoria estos pueblos de las comunidades, garantizan el éxito de nuestras aspiraciones y deseos». Este «castellanismo» es el que subyace en la Fundación Villalar. Tras la proclamación de la II República en 1931, los regionalistas pseudocastellanos, hasta entonces enemigos de toda autonomía, comienzan a preparar rápidamente un estatuto de autonomía para una nueva futura región. La sublevación militar detuvo temporalmente el proceso y esta burguesía agraria y terrateniente aumentó su influencia y poder en el seno del gobierno franquista. Los nacionalismos fueron reprimidos. En 1978, a pesar de que la Constitución Española sólo reconoce la autonomía a las nacionalidades y regiones españolas, los sucesores de los oligarcas agrarios que en el siglo XIX pretendían la unificación de las provincias castellanas (entre las que incluían a las leonesas León, Zamora y Salamanca), herederos del espíritu comunero, consiguen imponer su comunidad autónoma castellanoleonesa, apoyados por los políticos de UCD y PSOE que pretenden un contrapeso a los nacionalismos catalán, vasco y gallego. A pesar del nombre de la comunidad, su estatuto comienza negando su birregionalidad afirmando: «Castilla y León, como expresión de su identidad propia, de acuerdo con la vinculación histórica y cultural de las provincias que la integran...» Crean así la única comunidad autónoma formada a partir de dos regiones históricas, negando el derecho constitucional de la región leonesa a constituirse en comunidad autónoma.

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