¿A dónde va la bolsa?

COMO DICEN los castizos, la bolsa va de cráneo. Todas las ganancias cosechadas en el año se han volatilizado en los meses de verano. ¿Por qué baja el mercado bursátil?. La respuesta es doble y sencilla: porque las cosas van mal y porque las expectativas de que vayan mejor no están nada claras. Si uno hace caso a la historia, los auges o las caídas de las cotizaciones anticipan en un año la marcha de la economía. Esto significa que los inversores creen que la recuperación económica internacional será menos intensa de lo previsto y/o que será mala. En estos momentos, nadie sabe a que atenerse y no sólo por Irak y el petróleo. Cuando las tasas de interés suben y van a subir todavía más los próximos meses, los mercados bursátiles van peor porque la gente considera rentables otras alternativas que además parecen menos peligrosas como las cuentas corrientes o los bonos del tesoro. Al mismo tiempo, las perspectivas de una reactivación de la actividad económica global débil presume que los beneficios de las compañías serán más bajos. En consecuencia, la bolsa se corrige a la baja. Si además existe una situación geopolítica delicada en la zona que suministra una parte sustancial de la oferta mundial de crudo, los mercados se ponen más nerviosos y la bolsa acusa el golpe. Dicho esto resulta complicado prever lo que sucederá con la bolsa en el horizonte inmediato. Si lo supiera, me haría rico y, por desgracia, ese no es el caso. Ahora bien, a la vista de cómo evoluciona la escena política y económica global aventuro largos meses de recorrido bajista de la bolsa con episodios aislados de reanimación. Mientras no se aclare el panorama económico y no se ponga orden en Irak, los mercados de capitales tendrán una vida dura y la volatilidad dominará claramente la escena.