Cerrar
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

EL DEPORTE, como el juego, es una de las actividades exclusivas de los hombres; sólo la inteligencia, el don superior, impulsa a la competición física incruenta con reglas tasadas de antemano. Con todo, ni siquiera estos Juegos han podido eludir la cara oscura de la competitividad, la trampa, el dopaje. El progreso ha provocado una siniestra alianza entre la legítima competitividad basada en el esfuerzo personal y la farmacología, que prospera gracias al avance incesante de la investigación. En este contexto de picaresca y fraude, el deporte ha empezado a perder su prístino sentido de competencia leal y esforzada. Son tantos los intereses que se mueven en las canchas que el todo vale ha sustituido con ventaja al «citius, altius, fortius», el lema que presidía las viejas justas.

Cargando contenidos...