Extraña polémica

LA GUERRA CIVIL sigue originando informaciones.  Ayer traían los medios de comunicación unas extrañas acusaciones contra el PSOE y José Giménez por oponerse en Quilos a un monolito homenaje a la memoria de las víctimas de la guerra civil y de la represión franquista. La guerra ya en sí un hecho lo suficientemente complejo, con numerosas lecturas e interpretaciones, como para  arrojar sombras innecesarias sobre un partido de larga historia democrática, y que en la transición actuó de forma ejemplar, aunque es cierto también que fue a costa de importantes renuncias con su militancia histórica. Es justo reconocer que ciertos colectivos han ido y van muy por delante de los partidos, pero también que algunos se jactan presuntuosamente de que ellos hubiesen tomado mejor las grandes decisiones. Incluso reconociendo las reparaciones éticas y económicas que entonces quedaron pendientes, y muchas aún lo están,  la transición se hizo poniendo por encima de todo la responsabilidad ante una España nueva y entonces imprevisible . No hay que tenerle miedo a tan terrible etapa de nuestro pasado. Son los hombres quienes mordemos, no la Historia. Aquella guerra siendo una lección a la que no se puede renunciar, puesto que nos enriquece.  Para tener miedo a los fantasmas hay que creer en ellos. O tener el arcón repletos de secretos. Es absurdo esgrimir que Giménez se opone porque sí a un homenaje a las víctimas, más bien se opondrá a ciertos aspectos del mismo. En este tema es muy fácil coincidir en el fondo pero discrepar en las formas. En cierta medida, España en 1936 había fracasado en sus formas; aunque, eso sí, unos más que otros. No olvidemos la guerra civil, pero demostremos que hemos aprendido sus tristes lecciones.