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Publicado por
JOSÉ CAVERO
León

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EN UNAS POCAS horas han aparecido ya demostraciones de humor con ocasión del episodio que protagonizan las ocho ministras que han posado, a la puerta del Palacio de la Moncloa, para la revista de moda Vogue. Unos han hablado de Fernández de la Vogue, en referencia al apellido de la vicepresidenta De la Vega. Y otros de las playmates de ZP. ¿Qué decir sobre el episodio? Que a pocos habrá dejado indiferentes el hecho de que la mitad del gobierno, sus ocho mujeres, hayan dedicado una buena parte de una jornada laboral -cinco o seis horas- a posar adecuada y convenientemente para el fotógrafo de esa publicación. En efecto, se vistieron y maquillaron según los estilistas de la revista determinaron y cooperaron con total entrega con la idea del reportaje. Las ministras eran perfectamente conscientes de que «se iba a a armar», y que les llegarían críticas de propios como de extraños, de correligionarios como de opositores. Incluso lo comentaron durante la realización del reportaje periodístico. No sé si llegarían a suponer lo que ya han anunciado portavoces del PP, que el posado de las ministras para la revista Vogue se quiere que llegue a convertirse en materia parlamentaria, y que las ministras socialistas de la revista de moda femenina comparezcan en el congreso para explicar esta «dedicación extrapolítica» en la que se ha empleado como atrezzo nada menos que el portal de la sede de presidencia del gobierno de la nación. He tenido oportunidad de hablar con la propia directora de la publicación, la periodista Yolanda Sacristán. Me cuenta que su publicación trata de exponer, y si se quiere de explotar periodísticamente, el hecho singular e histórico, sin precedente, de que la mitad del gobierno español esté constituida por mujeres, ni más ni menos. A partir de esa novedad, les propone dedicar una serie de páginas a un reportaje en el que aparecerán juntas, y en el que cada una explicará las tareas que tienen por delante como integrante del Gobierno. Daban por supuesto en la publicación que la exclusiva informativa haría ruido y daría que hablar. Pero les molesta el hecho de que generalmente se haya hecho referencia y se haya criticado de manera inmisericorde, y a menudo frívola, el posado fotográfico, exclusivamente, sin que nadie haya tenido el detalle mínimo de hacer referencia a las declaraciones de propósitos que hacen las ocho ministras en sus respectivos campos de actividad: agricultura, pesca, sanidad, vivienda, cultura, educación, carreteras, aeropuertos, trenes de alta o baja velocidad, medio ambiente... Es decir, no pocas de las grandes y hasta prioritarias preocupaciones que, sin duda, tiene el ciudadano. ¿Tiene trascendencia el episodio? El que cada cual quiera darle, para unos será un escándalo el empleo de bienes del Estado en la promoción del Gobierno. Para otros, la mezcla de mujeres ministra, moda y política resultará provocador e inadmisible. Otra opinión, acaso ciertamente la mayoritaria, considerará que es una historia veraniega sin más trascendencia ni efectos, sencillamente, han querido promocionar el Gobierno de la paridad hombre-mujer.

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