Diario de León
Publicado por
B. CABEZAS GONZÁLEZ-HALLER SOCIÓLOGO
León

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HAY QUE APOYAR a Matías Llorente, viceportavoz socialista en la Diputación, por decir lo que hacen los diputados del PSOE : «Nula labor de oposición». La Diputación siempre ha sido una institución utilizada para colocar a amigos y a familiares, y reparto de beneficios, jerarquizados según la influencia de cada diputado. ¿Sigue igual? Según Llorente, los diputados están calladitos porque tienen buena paga por dedicación exclusiva, sin cumplirla y sin ser necesaria, y, a cambio, el presidente en libertad. Lo que procede es profundizar en la investigación y hacer visible todo lo tapado por el presidente de la Diputación y los cómplices, y que los alcaldes y los partidos hagan lo que deben. Sabido es que hay demasiados que se apuntan al partido que les abre el camino, les hace la propaganda en las elecciones, pero de principios democráticos, de ética o de sensibilidad, nada de nada. Evidentemente, por eso hacen lo que hacen, vivir a cuenta de la institución, sin respeto ni al partido ni a los ciudadanos. Si alguien tiene dedicación exclusiva habría que investigar cuántas horas dedican al trabajo y qué uso hacen de los despachos y del teléfono. Es muy grave que el presidente de una institución pública, como la Diputación Provincial, con dinero público sea tan generoso. A propósito: ¿Dónde está Izquierda Unida? No sé si no provoca las situaciones, si la prensa local silencia las voces. La realidad es que tenemos el Ayuntamiento de León sin representación y una provincia con escasa. No sabemos qué papel juega, sólo sabemos que ha venido perdiendo el espacio político que, por siglas y programa, le corresponde. Es probable que, en su momento, los representantes de esas formación, como en este caso pasa con los diputados del PSOE, no hicieran su trabajo y sus votantes, que sí distinguen, se considerarán defraudados y el día de las elecciones se quedarán en casa. Porque no está bien presentarse diciendo que «soy de izquierdas» y luego la única diferencia entre unos y otros sea el físico, pues la mayoría de los votantes de la derechas lo perdona, porque están en lo suyo, pero los votantes de la izquierdas, no. Para bien de todos los ciudadanos, es deseable que Izquierda Unida vuelva a ocupar su espacio natural, pero para eso tendrá que trabajar, y mucho. El discurso que hacen algunos políticos de León es el que se hacía en el siglo XIX y principios del XX en Europa. Así que están un poco trasnochados. Las 300 empresas, según dicen, que esperan ubicarse en el polígono industrial de Villadangos (los polígonos industriales son obra de primero del siglo XX en Europa, y de 1960 en otras regiones de España, concretamente en Burgos y Valladolid, aprovecharon el desarrollo de esa época) parecen muchas. Habría que investigar con rigor a qué responden estas políticas de tantos polígonos industriales al mismo tiempo en León. Y habrá que investigar también qué clase de empresas: sin son empresas limpias o son empresas que no las dejan, por contaminantes, en otras lugares de España o de Europa. O si lo que buscan son ventajas y plusvalías, más que crear puestos de trabajo y desarrollo. Debe quedar claro si con dinero público se hacen obras para obtener beneficios personales. Ya huele mal el discurso de que en León no hay industria. No hay industria en León, ni en 47 provincias más, y en las restantes poca. Y para arreglarlo muchas empresas se marchan después de aprovecharse de los beneficios que les concedieron políticos generosos, en busca de trabajo barato y nuevos beneficios. En los países del Este se trabaja por cien euros mensuales, y sin derechos, y las horas que hagan falta. El problema que tiene León lo tienen toda España: es un problema estructural y, con el sistema de la llamada deslocalización de empresas se acentúa. Industria para León, sí, ¡pero no la que otros no quieren! En los países occidentales, impecablemete institucionalizados, hay de todo lo negativo mucho: hay parados, gente que quiere trabajar por lo que le paguen, prostitución forzada, mafias (de esto, dará cuenta -pienso- el delegado del Gobierno, Miguel Alejo), burgueses con clase, burgueses cutres con mucho cinismo y mucho morro. Algunos están en la política. Eso sí, se disfrazan de católicos y se confiesan para que Dios los perdone. Hay montes que se queman para hacer negocios apagándolos y negocios al repoblar. En los últimos años tuvimos a la señora Tocino y después a Matasde ministros de Medio Ambiente. Para ellos el monte era un concepto semántico, o un lugar de cacería. Los hechos muestran que no tenían ni idea ni conciencia. Ahora tenemos Cristina Narvona. Veremos. De momento, el mote sigue quemándose y los recursos y las técnicas son las mismas. Todos sabemos que por el humo se sabe dónde está el fuego. Esto quiere decir que con una vigilancia organizada deberían llegar si hubiera suficientes hidroaviones a los quince minutos y a la media hora los bomberos. En ese tiempo el fuego se está iniciando y es fácil apagarlo. Por lo que sabemos, la mayoría de los fuegos se empiezan a apagar después de dos o tres horas. Sí el incendio es de noche, no se ve el humo, pero se ven las llamas desde bastantes kilómetros, y se puede actuar igualmente con rapidez. No he oído que se hable de consenso ni de comprar equipos para apagar rápidamente el fuego. Pero como tenemos que comprar aviones de guerra para ayudarles a los americanos a imponer su orden en los países que desordenan, pues no tenemos dinero ni militares para apagar el fuego. Aznar anda por Cancún. La familia real está en lo suyo, haciendo regatas, fiestas y disfrutando a su manera. Zapatero pesca atún con la burguesía catalana, representada ahora por Pasqual Maragall. Y mientras, sucesivas pateras llegan a las costas. Tres o cuatro por día son apresadas, pero no sabemos cuantas lo logran, creo que muchas. Los pobres capturados se devuelven, pero después de haber pagado a las mafias y arruinado a su familia para comprar el pasaje. Otros muchos tiene peor suerte y pierden la vida en el intento. Pero nosotros seguimos despreocupados de esas cosas, como si esos muertos no fueran personas. Señoras y señores, gracias por su conciencia tan patriótica. Señor presidente: díganos qué piensa hacer con este drama. No se preocupe tanto de la campaña del voto a favor de la Constitución europea, que los españoles, aunque es deficiente, votaremos sí. No nos gaste dinero en eso, que con cuatro telediarios y cuatro debates abiertos -que nos cuestan poco- tenemos suficiente. Señor Zapatero, no haga más encuestas, que ya se sabe: la mayoría de la mayoría, esta concienciada de que nos interesa el progreso y la unidad europea. No nos aburran, como lo hicieron otros con el dichoso euro, con la Constitución europea. Votar sí a Europa será importante, pero a mi me preocupa mucho que se muera la gente de esa manera y que ni desde España ni desde Europa se le diga en serio al Gobierno de Marruecos que así no se puede seguir. Todo lo contrario, lo están mimando. Confundir diplomacia con cinismo es mal asunto. Y en esto, el señor Javier Solana, ministro de Exteriores de la Comunidad Europea, es realmente un especialista.

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