Cerrar
Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

Creado:

Actualizado:

LA MEZQUITA de Alí es el refugio de las milicias patrióticas, también llamadas rebeldes, del frenético clérigo Muqtada al Sáder, esa especie de cura Merino con turbante. ¿Dónde están las llaves?, se preguntan los chiés, mientras sigue el matarile. Unos 70 murieron ayer. Las últimas noticias dicen que están en poder del ayatola Sistani, que es la máxima autoridad religiosa, cosa que tiene mucho mérito, ya que allí hay más autoridades religiosas que sandalias. Nunca sabremos si las sagradas llaves se esconden para que no entren los marines o para que no puedan salir los iraquíes que están dentro. Llevan medio mes, mientras el ministro de Exteriores le pide a Arabia Saudí, a Siria, a Turquía, a Kuwait y a Jordania que intervengan para liberar la ciudad santa. Todo eso nos pilla un poco lejos de la playa y de la feria, pero quizá dispongamos de unos minutos para pensar que así empiezan las guerras mundiales. «La guerra de Irak es la mayor desgracia de carácter militar de la historia de los Estados Unidos», acaba de decir John K. Galbraith, la más importante cabeza económica del mundo que todavía se mantiene sobre los hombros. A sus 96 años es un testigo excepcional del siglo pasado y sigue siendo un vigía de éste. En su opinión, las carencias de Bush, tanto intelectuales como políticas no pueden resumirse en una sola frase. Desde su Santidad el Papa, que se apresuró a decir no a la guerra, hasta el eminente economista, todo el mundo sabe ya que este conflicto además de una canallada, ha sido un error, y las equivocaciones son en política más graves que las infamias. Ni el Papa ni Galbraith tienen las llaves de la paz. Están en el fondo del mar desde el principio de la historia del hombre, pero esta inmunda guerra petrolífera puede ir a mayores si se lleva a cabo la cumbre islámica que propone Irán. Todo depende de lo que pase en el mausoleo de Alí. Que nadie toque su cúpula cubierta por 7.777 ladrillos de oro. Ni sus paredes, donde no extrañaría ver letreros diciendo: «Contra Sadam vivíamos mejor».

Cargando contenidos...