Desnudez progresista

IR DESNUDO por Barcelona parece ser una actividad recomendable para el Ayuntamiento de la Ciudad Condal o, al menos es una actividad recomendada por la ilustre corporación, que patrocina y financia el folleto editado, bajo el escudo municipal, por una de esas asociaciones expertas en la caza de la subvención y en la prosperidad a costa de los recursos públicos. Como era de prever, en cuanto la existencia de ese folleto apareció publicada en la prensa, el pitorreo fue considerable, y los defensores a ultranza del Gobierno municipal y espeso formado por Partido Socialista, Esquerra Republicana de Catalunya y los comunistas (renuncio a reproducir la sigla selvática de la peregrina coalición de comunistas y una facción de los ecologistas) se vieron en dificultades para elogiar una cosa así; algunos intentos no faltaron, pero con éxito perfectamente descriptible, hay que reconocerlo. La Cadena Ser hizo lo mejor que se podía hacer en situación tan comprometida: emitió un corte de voz del alcalde barcelonés, Joan Clos, que duraba muy pocos segundos, pero que ponía de manifiesto que el señor Clos no es partidario de los peatones en pelota; sin embargo, el alcalde añadía alguna confusa consideración sobre la apertura del Ayuntamiento que preside, que patrocina incluso folletos que defienden cosas con las que el alcalde no está de acuerdo. El progresismo, ni tocarlo. Pero no cuela. Al Ayuntamiento de Barcelona le conviene, y mucho, patrocinar el folleto. Hay dos muy buenas demostraciones de eso: la primera es que el folleto que recomienda a los viandantes circular en cueros vivos no ha sido retirado. La segunda es que lo que dice el señor Clos será creíble el día que el Ayuntamiento de Barcelona ponga su escudo, y el dinero que administra, al servicio de un folleto que recomiende a los ciudadanos, pongamos por caso, votar al Partido Popular o que los católicos barceloneses vayan a misa los domingos con más frecuencia. Pero eso no va a ocurrir. Ergo.