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EL MIRADOR

El PP y el problema de la vivienda

Publicado por
FRANCESC DE P. BURGUERA
León

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EL LÍDER del PP, Mariano Rajoy, se pasa el día acusando al presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, de no ofrecer proyectos concretos al vecindario. Rajoy repite una y otra vez que la reforma de los estatutos y de la Constitución, en su caso, no es algo que preocupe a la ciudadanía, que no es una demanda popular. Lo que ocupa la atención del contribuyente de a pie -es decir, del contribuyente que menos contribuye, para su desgracia- son problemas más cercanos a su vivir cotidiano como, por ejemplo, la inmigración, el paro, el terrorismo, la carestía de la vida o la falta de vivienda asequible a sus posibilidades. Son problemas a los que un buen gobernante debería prestar atención. Como demuestra el PP allí donde gobierna, sea en comunidades autónomas o en ayuntamientos. Y es verdad, justo es reconocerlo. Tenemos, por ejemplo, el caso de la vivienda, por el que el PSOE ha sido muy criticado. Problema que sufren decenas de millares de familias españolas. Hacen falta viviendas a precios asequibles. El PP gobierna en la Comunidad Valenciana. Pues bien, el PP ha decidido, a través del citado Insituto de la Vivienda, proyectar, en la ciudad de Cullera, una urbanización frente al mar, justo en la desembocadura del río Júcar, que contará con 33 torres de entre 15 y 25 alturas, y otros dos edificios en primera línea de la costa de 42 plantas que albergarán dos hoteles. En total, esta urbanización contará con más de 4.500 viviendas, que vendrán a duplicar la población de Cullera. Contará, además, con 2.200 plazas hoteleras y un puerto deportivo de 700/800 amarres. ¿Así es cómo el gobierno del PP valenciano, que preside Francisco Camps, piensa ir dando solución a la demanda de viviendas sociales ? Por lo visto. Al menos estos son los proyectos que se le ocurren al Instituto Valenciano de la Vivienda cuya misión debería ser la promoción de viviendas sociales y no de urbanizaciones en la costa con hoteles y puertos deportivos. Porque no parece que este tipo de viviendas, para ocio y recreo, sean las que la ciudadanía demanda. Ciertamente, el gobierno del PP valenciano cuenta con una buena nómina de constructores adictos, política y, en algún caso, familiarmente, que se ven beneficiados con estas operaciones megalómanas a las que tan aficionado era el anterior presidente del gobierno de la Comunidad Valenciana, el ínclito señor Zaplana. Esas obras fantasiosas han conducido a la Comunidad Valenciana a un endeudamiento superlativo, a dejar vacía la caja del erario público, mientras miles de niños y jóvenes, por poner un ejemplo, tienen que asistir a clase en improvisados e incómodos barracones por falta de edificios para escuelas e institutos. El presidente Camps, al acceder a la presidencia del Gobierno valenciano, anunció su promesa de inaugurar un colegio cada semana. De esto hace más o menos un año. Son muchas semanas las que han pasado y no se ve inauguración par parte alguna. Y es que en caja no hay un duro. El señor Rajoy haría bien en preocuparse de lo que hace su partido en provincias, como dicen en Madrid. Ya sabe aquello de la paja en ojo ajeno. Pues eso.

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