LA VELETA
Muchas afinidades
LA REUNIÓN de Chirac, Schröder y Zapatero en La Moncloa simbolizaba, como la célebre fotografía de Las Azores, un cambio de orientación en la política exterior de España. Podría decirse que en La Moncloa se contraprogramó gráficamente la estrategia internacional del anterior Gobierno. La imagen de esta cumbre tripartita tendía a reflejar metafóricamente el regreso de España al corazón de Europa, como se encargaron de repetir las voces de nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores, incluida la de su titular Moratinos. Los dos países de mayor peso económico y político entre los seis fundadores del Mercado Común, devenido a lo largo de casi medio siglo en la Unión Europea, quieren seguir siendo el motor europeo y, sobre todo, que el funcionamiento de la UE no se les escape de las manos. Una organización de 25 países podría desdibujar en el inicio del nuevo milenio los principios fundacionales de la unidad europea a mediados del pasado siglo. Ha sido una cumbre informal, de agenda abierta, para hablar de todo el panorama político del mundo, tanto del problema enrevesado de Irak como de las perspectivas financieras de la UE y de la aprobación de su texto constitucional. Y de todos los asuntos que requieren un tratamiento conjunto de la UE, desde la lucha contra la pobreza y el deterioro del medioambiente planetario hasta, obviamente, la respuesta colectiva al terrorismo o a la delincuencia organizada, pasando por la inmigración y la prosperidad económica, al desplazarse la primera hacia la segunda. En cierto modo, Chirac y Schröder debían a Zapatero esta visita, en la que, se hablase de casi todo o de casi nada, debía ponerse ostensiblemente de manifiesto que el eje franco/alemán correspondía a la orientación europea que el Gobierno socialista ha marcado a su política exterior. Y es que hay demasiados problemas en la ampliada UE que podrían distanciar a España de Francia y Alemania, especialmente sobre el presupuesto comunitario, al que Alemania desearía reducir su generosísima contribución, lo que reduciría muy negativamente el volumen de los fondos estructurales y de cohesión que España recibía y seguirá recibiendo hasta el 2007. Pero hay, sobre todo en política internacional, asuntos en los que comparten los tres países criterios: crisis de Irak, ratificación del texto de la Constitución europea... Ocupa España este mes la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, ante cuya Asamblea General pronunciará Zapatero un discurso, sobre cuyas líneas generales debió tratarse en la reunión en La Moncloa. En política exterior de la UE, los criterios de Chirac, Schröder y el presidente español tienen una acusada afinidad.