Mercaderes

OTRA VEZ se nos ha helado el corazón a la vera del Bernesga. No es como las dos Españas visionadas por el gran poeta Antonio Machado. El corazón de los leoneses se fundió hace años con la muerte de una joven hermosa y dulce. Apareció quemada en el maletero de su coche. Todavía hoy el bárbaro ni ha sido detenido ni está en la cárcel. Ayer, en el mismo margen, se repitió el espanto: otra mujer, ya entrada en años, pero aún en edad de merecer, fue encontrada en el maletero de su coche. Llevaba no menos de diez días criando malvas -no, no: malvas, no-; llevaba diez días sin vida, arrebujada con una manta en el maletero de su propio coche. A la policía científica y a los forenses les queda un crucigrama de vida y de muerte, de pasión o de soledad que resolver. Confiemos en que cuadren las definiciones y no suceda como en el caso de aquella joven. La policía asegura que sabe quién fue el degenerado, pero no puede probarlo. Es como suponer que yo también puedo tocar el cielo con la yema de mis dedos. Mario Amilivia, ex-corregidor de la ciudad y senador popular, está seguro de que sí tocará el cielo municipal con sus dedos. O dicho con más exactitud: volverá a empuñar el bastón de mando. Lo dudo. El ex-corregidor reunió ayer a la prensa para anunciar lo obvio: remisión de la carta al responsable leonesista en el Ayuntamiento de León, Javier Chamorro, ofreciéndole negociaciones para cambiar de pareja. Ya he rotundizado en más de una ocasión que Mario Amilivia, en este proceso, va a remolque de las decisiones. Ayer el ex-corregidor llegó a más. Se atrevió a poner sobre la mesa un órdago: En el caso de llegar a acuerdos, la Junta de Castilla y León podría favorecer un programa especial de inversiones en León. Mario no será nunca un mercader como el de Venecia, pero además sucede que no logra convencer. ¿A quién se le ocurre algo parecido, salvo que tenga vitola de Biomédica y Escuela de Pilotos, tras la celebración del Consejo de Ministros en León?. No tocó ni una fibra de lo que podrían pensar, aceptar o rechazar los leoneses sobre el Pacto. Todo lo guisan en la cocina propia, a la que no podemos acceder para añadir sal gorda, pimentón o vinagre. Quiero y no puedo situarme en la tarima de los leonesistas. No imagino a la dirección de la UPL explicando a sus afiliados: Debéis confiar más en la Junta de Castilla y León que en el Gobierno central. Es lo que pidió ayer Amilivia. Tampoco creo que salga de la fragua leonesista esta interrogación: ¿Quién es más creíble: Juan Vicente Herrera y Mañueco o Rodríguez Zapatero?. Si van por ahí, ni los más anestesiados del Barrio Húmedo se lo van a creer. En resumen, y creo que ya está bien por el momento sobre el Pacto municipal, prospere o no. Nos falta saber, por parte del PP, cuál es la argumentación de fondo: Yo soy ciudadano de a pie y, como casi todos, me pregunto: ¿Qué ganamos con este cambio?. La respuesta, uf, anida en los castaños de La Condesa o en las campanas de San Marcelo.