La sombra de Aznar

ESPAÑA sigue siendo diferente. No conozco ningún país del mundo que invierta tanto tiempo y energías en el perenne empeño de responder a la pregunta de qué es España y cómo debe estar organizada territorialmente. El año pasado el PSOE, ya liderado por Zapatero, reunió a sus barones regionales en Santillana del Mar, la histórica ciudad del duque Pedro de Cantabria, yerno de aquel Don Pelayo de cuando la Reconquista y elaboraron un plan que es el que le está sirviendo ahora al Gobierno para anunciar una reforma tasada de la Constitución. Pues bien, algo parecido pero de signo contrario ha puesto en pie ahora el PP con Mariano Rajoy a la cabeza. En este caso, el lugar elegido, lo dice casi todo: San Millán de la Cogolla, entre Suso y Yuso, la cuna histórica de la lengua castellana escrita. Zapatero quiere reformar la Constitución para trascender el Senado y convertirlo en algo similar al «Bundesrrätt» alemán y quiere también que se nombre a las Comunidades Autónomas por sus nombres, que se mencione la Constitución europea y acabar con la desigualdad de sexos que supone la disposición actual que regula la sucesión en la Corona. Rajoy está en contra de la reforma del Senado, pero sobre las demás podría estar de acuerdo. La reforma que planea Zapatero para de la Cámara Alta no puede salir adelante sin el concurso del PP, circunstancia esta que hace pensar en futuras negociaciones con Rajoy. Rajoy necesita doblar el cabo del próximo congreso del PP para alejarse de la sombra de Aznar. Sombra que, a juzgar por el documento suscrito y las palabras dichas, le ha seguido hasta San Millán.