La miel de los Presupuestos

TODAVÍA no ha aprobado el Consejo de Ministros -lo hará pasado mañana- los Presupuestos Generales del Estado y una especie de fiebre recorre el cuerpo político y gubernamental. Las cien mil moscas de la fábula acuden al panal de rica miel, esto es, al dinero. El senador leonés Mario Amilivia ha dado la primera zancada, aún a riesgo de no llegar a la otra orilla. Ha tenido reflejos, pues no en vano es parlamentario por la misma patria chica del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Las cifras concretas, las elaboradas con precisión de céntimos de euro, se irán conociendo en el debate de los mismos en Comisión. Pero Mario, en puro ejercico político, ha destapado su pesimismo: «En los presupuestos de Zapatero habrá más publicidad que realidad para León». Como puerta a la esperanza confía en que se confirmen las infraestructuras ya previstas por el PP. El mismo día que Mario Amilivia trasladó su profecía a los medios informativos, el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Pedro Solbes, exponía ante la Ejecutiva Federal socialista las líneas generales. Desde la sede de Ferraz el espejo era otro. Se insistió en el objetivo prioritario de la estabilidad presupuestaria y se calificó al Presupuesto de «social, moderno y transparente». Hagamos un resumen sucinto: las inversiones en infraestructuras crecerán un 8,5%, dos puntos y algunas décimas más que el dinero que le permitió a Álvarez Cascos poner casi una piedra inaugural cada semana. En Educación el incremento será del 7,3%, con 9.000 becas más para la enseñanza media y 16.000 más en la superior o universitaria. También subirán las pensiones mínimas, en torno al 6%, tal y como anunció el presidente en la campa de Rodiezmo. Y el acceso a la vivienda tendrá una inyección espectacular: un 33% de incremento. Y en inversión, desarrollo e innovación tecnológica, el 25%. Y en seguridad ciudadana, el 6,3%. El Estado va a gastar mucho más y, sin embargo, rotundizan: "En ningún caso habrá subida de impuestos". Admito mi condición de lego en esta asignatura. Sospecho que si no van a subir los impuestos, tendrán programado cómo engordar los ingresos. Mis limitaciones en la materia se limitan a que dos y dos son cuatro. Sólo en la utopía de los sueños y de la política, a veces, suman cinco. El PP ya ha anunciado que presentará una enmienda a la totalidad. Califican el anticipo de los PGE como "poco creíbles y con trampa". Y desde la c/ Génova han dibujado la negrura económica: "La estabilidad presupuestaria ha llegado a su fin". Éste es el trimestre de la miel presupuestaria. Pero antes, casi a la vuelta de la esquina, está el Congreso Nacional del PP. A Mariano Rajoy le aturden un día sí, y otro también. Las actuaciones de sus dos legionarios, Ángel Acebes y Eduardo Zaplana, cuestionando los resultados del 14-M; la amenaza, ya oficial, del preboste de Ourense, Baltar, de irse con sus ocho leales y dejar a Fraga en minoría en Galicia, o las confesiones de Rodrigo Rato, asegurando por tres veces a Aznar que estaba contra la guerra en Irak, son misiles de gran profundidad. Y todos tienen como objetivo a Mariano Rajoy.