Cerrar
Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

Creado:

Actualizado:

LA ERA Rajoy va a ser naranja. Dicen las malas lenguas que es por influjo de Zaplana, pero no. Es naranja, porque, entre todos los colores posibles, les pareció el más dinámico; el «más vital», dijo el señor Michavila en su presentación. El azul, naturalmente, traía añoranzas que no viene al caso mencionar. Era muy marinero, muy de cielo, muy de ensueño y aire limpio, muy de cartel de la primera etapa socialista, pero tenía connotaciones de pasado. Frente al rojo del PSOE, representaba de forma demasiado evidente la otra España. El naranja es, por así decirlo, más centrista. No llega al rojo, pero hace olvidar el azul. ¡Hay que ver la cantidad de vueltas que se le puede dar a un color, para enviar a través de él un mensaje a la sociedad! Después tenemos la gaviota. Nunca entendí por qué un partido político escogió ese pájaro como símbolo, con lo carroñero que es. Pero lo cierto es que ha conseguido presidir ocho años de gobierno sin que la política efectuada haya merecido ese nombre. Ahora, la gaviota de la era Rajoy es más estilizada. El ejercicio de la oposición, la lejanía del poder, la dieta obligada, quizá la moda o los disgustos de Baltar, hicieron adelgazar a la gaviota del PP. Los estilistas hicieron un ejercicio de modernidad. Todavía no sabemos qué oferta ideológica saldrá del próximo congreso, pero sabemos que la gaviota ha perdido talla. Y, por último, el eslogan. Muy bonito. Muy de mensaje para esos que andan por ahí hablando de «país», de «estado» y otros eufemismos vergonzantes. El PP sigue utilizando la palabra España. Ahí sí que el partido ha salido más tradicional. Conecta con la línea de don Manuel Fraga, que en sus tiempos nacionales decía desde los carteles: «España, lo único importante». Ahora hay un toque poético, levemente romántico, quizá un poco cursi, pero muy de señora de buen vestir en recepción de gran hotel: «España, la ilusión que nos une». Toma, Zapatero. Tomad, Llamazares, Carod, Ibarretxe y demás herejes de la crónica diaria: tanto andar por ahí aceptando que las regiones puedan llamarse nación, y nación, como madre, sólo hay una: España. Y, además, es una ilusión. Ese es el único problema de la nueva etapa. Porque «ilusión», según la Real Academia de la Lengua (Española, por supuesto) tiene varias acepciones. Puede ser «una esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo». Puede ser «viva complacencia en una persona o en una tarea». Pero puede ser también (y ésa es la primera acepción) «concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos». Eso dice el diccionario. Los independentistas catalanes y vascos no habían sido tan rotundos.

Cargando contenidos...