Diario de León

LA VELETA

Fabricantes de opinión

Publicado por
JOSÉ CAVERO
León

Creado:

Actualizado:

CADA VEZ de manera más apreciable, los grandes partidos se convierten, o pretenden convertirse, de cara a los ciudadanos, en fabricantes de opinión. Apenas ha intervenido Zapatero en las Naciones Unidas y ya la fábrica de ideas de Zaplana pone en marcha y distribuye allí donde puede el mensaje: El discurso de Zapatero ha sido pueril, de niño de colegio, y eso desmerece de la importancia que, en la etapa del anterior gobierno, tuvo España en la escena internacional. ¿Es, de verdad, flojo, el discurso de Zapatero en Nueva York? Ciertamente, su tono y contenido es diametralmente distinto del que también viajó Aznar para exponer en Washington. Pero no parece que sea merecedor de esa lapidación apriorística, orquestada y de todos a una, por más que en política se esté demostrando el todo vale para erosionar al contrario. De repetir el mensaje del ideólogo Zaplana, posiblemente aprobado y aplaudido por la superioridad del partido en las reuniones de maitines, se encargan todos cuantos en el PP tienen voz o voto o turno en tertulia o columna en prensa escrita. Y en unas pocas horas, los informativos radiofónicos y televisivos ya han transmitido el rotundo vapuleo. De arriba abajo, asimismo,-de Rajoy a Acebes, Zaplana, Michavila, y hasta llegar a algunos otros pensadores- corre en el PP la voz de que se hace imprescindible insistir en que Zapatero no dispone de planes, proyectos, ideas, ni modelos de actuación sobre las reformas que ha planteado. No es que se haya agotado, es que jamás se vio dotado para tarea tan sublime y trascendente como lo estaban otros. En realidad, el presidente, llegado a las urnas por puro azar, cuando no con la ayuda del terrorismo islamista, no sabe nada acerca de nada, ni cómo resolver el menor problema de los que se agolpan sobre la mesa de su despacho. No sabe qué hacer sobre nada. Es la pura nada en ideas, en planteamientos de qué España quiere, y cómo y por qué pretende cambiar algunas cosas. Rajoy es el ideólogo y máximo exponente, en esta ocasión, de esa desacreditación global, como si, de algún modo, quisiera vengarse del resultado de las elecciones de marzo: ya que su presunta superioridad intelectual no pudo con su contrincante, acabará con él una campaña bien orquestada y sistemática, al modo del «váyase, señor González» de otro tiempo.En otro anterior calentón de la vida política se trajo a colación la famosa frase de que una mentira cien veces repetida empieza a ser verdad indiscutible. Se da por supuesto que esa clase de mensajes «terminan calando, como el agua fina de lluvia en el Norte».

tracking