«Nos trataron bien»

DICEN las dos cooperantes italianas recién liberadas que sus secuestradores «las trataron bien». Incluso les pidieron perdón y les regalaron dulces al despedirse; lo que no se sabe es si les hubieran pedido perdón sus familias en el caso de que las hubieran asesinado como ha ocurrido en demasiados casos similares. La alegría y el alivio que supone la liberación de dos personas de reconocida categoría humana, dos generosas ciudadanas del mundo, no debería, en todo caso, desenfocar la realidad y hacer aparecer «simpáticos» a sus captores que no llegan ni llegarán nunca a la suela del zapato de estas mujeres. Ellos, y otros como ellos, no hacen más que utilizar vidas como moneda de cambio. Gentes como «las Simonas» jamás lo harían, en ningún caso. Y eso sí es lo revolucionario.