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Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

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EL GOBIERNO dará hoy un nuevo paso en su idea de modernizar España. Tal como está anunciado, remitirá a las Cortes uno de sus proyectos estelares: el que permitirá que las parejas homosexuales se casen, formen una familia legal y tengan hijos. Como esta última posibilidad está vetada por la naturaleza -al menos en el caso de los gays-, se les permitirá adoptarlos. Los «más viejos del lugar», entre los que me empiezo a contar, todavía no salen de su asombro. Esto, con Aznar, no pasaba. Ni siquiera con Felipe. Una cosa es ver que funciona la llamada «mafia homosexual», con importantes influencias artísticas, económicas y mediáticas, y otra distinta que la unión sentimental de dos homosexuales aparezca en los «ecos de sociedad». Para eso, parte de la población no está preparada. Pero ya veis: los tiempos cambian, las ciencias avanzan una barbaridad, los usos sociales se transforman y parece que la mayoría acepta la nueva legalidad. Eso dicen las encuestas conocidas. Ayer mismo, las ediciones digitales de varios periódicos sometieron el asunto a consulta de sus lectores, y, aunque la participación no era representativa, se aprueba la iniciativa. En la muy católica y muy tradicional España, parecen condenados al fracaso los aguerridos discursos que invocan la pérdida de valores o la destrucción de la familia. Se lleva lo progresista. Estamos a la cabeza del progresismo europeo. Si los inquisidores y demás protagonistas de la leyenda negra levantaran la cabeza, huirían despavoridos. Con estos antecedentes colectivos, hay que reconocer que el señor Rodríguez Zapatero demuestra que carece de complejos y tiene dos valores: valentía y pragmatismo. La ausencia de complejos la empezó a mostrar aquel día que se dejó retratar para la revista Zero , portavoz periodístico del mundo gay, que, naturalmente, eligió las fotos más sugestivas para ese universo. Conviene recordar que esa publicación ha sido la puerta de salida del armario de algunos de los homosexuales más conocidos e influyentes. La valentía fue exhibida cuando, en las mismas páginas, el entonces candidato les prometía terminar su marginación. Y el pragmatismo procede de la rentabilidad electoral: hay muchos y muchas homosexuales. Para daros una idea, casi un millón más que funcionarios. Para todos ellos, el día de hoy es un día histórico, y así lo proclaman. Para el resto de los ciudadanos, también. Y para la memoria del presidente, mucho más. Será recordado por el colectivo como el hombre que les hizo justicia. Supongo que lo votarán siempre, aunque el resto de su gestión sea desastrosa. Y no me extrañaría que comenzásemos a ver fotos de Zapatero, con una rosa al lado, en los bares de gays y de lesbianas.