La fuerza del diálogo
LEÓN tuvo ayer el privilegio de acoger durante unas horas al escogido grupo de personas que, por encima de sus diferencias ideológicas, supieron estar, en momentks muy delicados, a la altura de las circunstancias y sentaron las bases de la Constitución que hoy nos rige y que (si se hace abstracción de los problemas irresueltos que están en la mente de todos) ha hecho posible una larga etapa de convivencia y bienestar. Los «padres» de la Constitución dieron un realce extraordinario al acto de apertura de curso de la Universidad porque, de nuevo, ofrecieron el edificante espectáculo de una serena y prudente vehemencia en defensa de sus ideas. Luces y sombras se reconocieron en sus palabras sobre la proyectada reforma constitucional. Pero, sobre todo, brilló la fuerza del diálogo.