SOMOS LEGIÓN
Hablando de España
AHORA, cuando hablar de España no está de moda, e incluso se evita nombrarla con patéticos circunloquios, reconforta encontrarse con un grupo de personas que aman a España con pasión y con inteligencia. La presencia de los ponentes constitucionales en la apertura del curso de la Universidad de León fue mucho más allá del solemne ceremonial que rodea el nombramiento de doctores «por causa del honor». Todos ellos bajaron a la arena y defendieron con vehemente libertad sus criterios sobre una cuestión trascendental: las reformas que se pretenden introducir en el texto constitucional. Nadie podrá decir que no hablaban con conocimiento de causa quienes, hace ya 26 años, aceptaron la tarea de edificar un texto que fuera rompeolas de sensibilidades tan diversas. El hecho evidente de que hoy día haya nubarrones y hasta negros presagios en el horizonte no oculta la realidad que a aquel generoso esfuerzo de entendimiento y consenso debemos una larga etapa de convivencia en un país que, para bien y para mal, se caracteriza por atravesar la historia a trompicones. Las intervenciones de quienes hemos dado en llamar «los padres de la Constitución» no fueron algo baladí sino algo para retener en la memoria. Cada uno de sus discursos se convirtió en una especie de señal de alerta en la que, por encima de las matizaciones y hasta las abiertas discrepancias, quedó flotando en el ambiente el mensaje esencial de que es, y debe seguir siendo, mucho más importante lo que nos une que lo que nos separa. Y que con bienes tan preciados no se juega.