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Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

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EL GESTO o el ademán que más hemos repetido en nuestra vida es el de llevarnos la mano al bolsillo para pagar algo. Todo vale lo que cuesta, más IVA, y ya sabemos que es una necedad confundir valor con precio y nos limitamos a preguntar ¿cuánto es? Ahora, nuestro magnánimo Gobierno propondrá la dispensación gratuita de la llamada «píldora del día después» en toda España. La iniciativa tendrá que ser aprobada por el Pleno del Congreso y refrendarse posteriormente por las comunidades para conseguir el consenso. No creo que desperdiciemos esta oportunidad de que algo, por una vez, sea gratis total. Habrán hecho números y deducido que sale más barato reducir la cantidad de consumidores que incitarnos al consumo. Hablábamos aquí el otro día de que el continente europeo es como una sucursal del Imserso y además su natalidad es inferior a la media. Dios no bendice con hijos más que a los matrimonios pobres, a condición de que estén formados por personas de diferente sexo. Con la gratuidad de la pastilla del día siguiente se alterará la demografía. Hay que dar facilidades y garantizar a los ciudadanos que, si no lo desean, no se les va a llenar la casa de nuevos habitantes. En otras épocas, cuando se hablaba de hijos, había parejas que delegaban su número en la voluntad del Sumo Hacedor, aunque fueran ellos los que los hicieran. «Los que Dios nos mande», decían, suponiendo su intervención en los trámites de alcoba. Luego se habló de «procreación consciente», cosa que a nadie puede parecerle mal. Todo debe ser consciente. ¿Por qué íbamos a hacer una excepción con el placentero hecho de procrear? Ahora todo ha cambiado y el reparto de la píldora equivaldrá a reservar el derecho de admisión a este mundo a millones de criaturas. Siempre hemos creído que vivir, que es bueno y es malo, es sobre todo una experiencia única en la vida. Muchos aspirantes a seres humanos se la perderán. De momento, sólo lamentamos que las madres de algunos contemporáneos no hubieran ingerido la píldora del día después. Aunque fuera pagando.