EL RINCÓN
El limbo
SU SANTIDAD el Papa ha creado una comisión para cambiar la doctrina sobre el Limbo, lo que quizá demuestre que no tiene mucha prisa por variarla. Nombrar una comisión es la forma más eficaz hasta ahora descubierta para aplazar las determinaciones. Los topógrafos del más allá nos han explicado que el Limbo es un lugar sin pena ni gloria, una especie de sucursal de la inopia donde residen eternamente los niños que tuvieron la desdicha de morir sin haber sido bautizados. Esta silenciosa guardería debe de estar superpoblada. Ofrece menos confort que el Cielo, pero tampoco es un lugar tan inhóspito como el Infierno, ni tan desagradable temporalmente como el Purgatorio. Ni chicha ni limoná. Ni frío ni calor. Y todo ese infinito aburrimiento porque alguien no les sometió al breve ritual de una religión hidrófila. Mala suerte. Quien no tuvo padrinos está en el Limbo. Entre las muchas cosas que ya no puedo conseguir es la de morir prematuramente. Mis buenos padres me bautizaron con prontitud y no conformes con eso, luego me confirmaron. En aquel tiempo los catecismos explicaban que la diferencia entre una persona bautizada y otra que además estuviese confirmada, venía a ser como la que existe entre