AL TRASLUZ
Con otras armas
LA INVITACIÓN del ministro de Defensa para que un veterano de la División Azul desfile hoy junto a otro de la republicana División Leclerc ha provocado indignación en un sector de la izquierda. Discrepancias respetables y entendibles, aunque intuyo que confunden la presencia testimonial de un protagonista con el reconocimiento a su ideología. Se ha buscado homenajear nuestra democracia, no la guerra. Nada hay más demoledor contra la visión maniquea del franquismo que esa presencia de hombres un día rivales. Bono no ha equiparado ideologías, sino ensalzado los valores en los que se apoya nuestra sociedad, y que tiene su ejemplo ético más alto en los concejales socialistas y populares en el País Vasco, rivales en las urnas pero unidos por una causa noble; en aquella otra España no fue posible. Franco quiso devolver con la División Azul el respaldo de Hitler. Luego, cuando buscaba la entrada de nuestro país en la ONU argumentó cínicamente que la División no había ido a apoyar al nazismo sino a luchar contra Stalin, cuando fue a ambas cosas. ¿Por qué iba a querer el ministro socialista ensalzar una ideología antagónica de la suya? Quedan muchas batallas por librar, pero ya con otras armas y actitudes. El pasado no puede ser inventado, pero cada generación debe aprender sus propias lecciones. El desfile será un gran acto histórico, como lo fue el regreso de Gordón Ordás a León. La palabra perdón es demasiado íntima como para imponerla por decreto, pero hay decisiones que contribuyen a que España sea mejor, a que todos lo seamos.