Timadores non gratos

NO SÉ SI LLEGÓ puntual. La locomotora Mikado no lleva a bordo ordenadores, como el AVE. No corta el aire, lo acaricia. Es una reliquia. Salió de Gijón y llegó al andén de León a las seis de la tarde. No ejerció de maquinista Pepín Barea, veterano de los caminos de hierro, ni Durruti, alma mater de la Asociación Leonesa de Amigos del Ferrocarril (Alaf), ni pedía los billetes Fernando Fenández San Elías, ex director de la Escuela de Minas y actual decano del Colegio de Ingenieros Técnicos de Minas de León, Palencia, Burgos y Cantabria. La Mikado salió de Gijón a las dos de la tarde. Tiraba como una yegua metálica de los coches de la serie 6.000, cargados de turistas británicos amantes del ferrocarril. Se detuvo en Pola de Lena (Asturias) para oficializar una recepción, y en Puente de los Fierros (León), para llenar sus tanques de agua. La ascensión a Pajares no permite un ataque de asma ni siquiera a la Mikado . Hacía 79 años que un tren a vapor no ascendía a las cumbres de la Cordillera Cantábrica. Los turistas británicos amigos del ferrocarril se hospedaron en San Marcos. Y leyeron los periódicos. Todavía estarán escandalizados por dos temas: Antibióticos y la escuela de pilotos. Metámosle el diente al primero. Parece confirmarse, porque la UGT en rueda de prensa así lo rotundizó, que Sir Fidia, la propietaria, está facturando y fabricando en Italia cefalosforinas, antibióticos muy evolucionados que fueron desarrollados en León, mientras aquí mantienen la fabricación de productos anticuados y sin mercado. La voz social eleva su tono y grita que no se dé ni un euro más a Antibióticos e, incluso, que se le reclame lo ya concedido, porque es evidente que los compradores italianos están tomándonos el pelo a todos, ante la ineptitud o quizá la complacencia oficial. El asunto es gravísimo. No puede seguir así. O se corta de raiz o el descrédito de la Junta tendrá que limpiarse con la yugulación de más de un consejero. Por otro lado, para descrédito, el que ha sobrevenido al PP, radiografiado ayer por este periódico. Es gravísimo que Aznar nos engañara en un mitin electoral, diciendo campanudo lo que no era más que una improvisación. Ni siquiera un deseo. Los periodistas leoneses hemos escrito más páginas sobre la escuela de pilotos que Cervantes en El Quijote . Pero es mucho más grave todavía que después de Aznar, sus escuderos Trillo, Amilivia o Prada nos montaran el paripé de la firma de un convenio que era completamente falso o clavaran un cartel en La Virgen del Camino que, al día de hoy, ofende a la inteligencia. Durante meses y meses, con dos comparecencias electorales por medio, se nos dijo que se estaba elaborando un estudio de viabilidad del que ya sabemos: Ni se llegó a encargar, ni a empezar. Todo era mentira tras mentira. El PP de León haría bien en pedirle perdón a los leoneses, sean o no votantes suyos, por el engaño de unos dirigentes nacionales que, posiblemente, también les engañaron a ellos. Lo que sí tengo claro, pese a que el ala dura conservadora insista en que soy más rojo que un pimiento morrón de Fresno, es que tanto Aznar como Trillo se han ganado en León la condición de personas non gratas por timadores. Ni más, ni menos. El timo más doloroso es el que se comete sobre la ilusión y la esperanza. 1397124194