AQUÍ TE ESPERO
Agua que no has de beber
EN UNA semana marcada por la llegada de las lluvias, con la privatización del agua paralizada en el Consistorio, casi puede considerarse una excentricidad que el líquido elemento que me preocupe sea el del Bernesga a su paso por la capital. Bueno, más que del agua del río en sí -o de su escasez para ser más exacta- lo que motiva estas líneas es el pobre y lamentable aspecto que presenta su arenoso cauce y la cantidad de arbustros, troncos y biomasa arrastrados por la riada de la última primavera, que todavía permanecen allí como mudos testigos de la desidia. Igual le ocurre a la pasarela que, desestabilizada, hubo de cerrarse y que sigue igual que entonces, como si no hubiera habido oportunidad de repararla. Pero lo que llama la atención, así me lo dijo un amigo que llegó a León y lo vio al pasar, es ese Centro de Interpretación del Agua que se está construyendo junto al puente de la Estación. «¿Cómo pueden hacer algo así en un río como éste?» me preguntaba, para añadir después «El Bernesga es un aprendiz de río, que pasa varios meses al año sin apenas cauce, aunque pueda regularse con los pantanos, pero lo cierto es que normalmente casi no lleva agua de junio a noviembre. No es el Ebro, ni el Guadalquivir, ni tan siquiera el Duero. Claro que eso importa poco, si de lo que se trata es de poner un cartel, gastar un dinero y hacer una foto. Para lo que sirva ya es otro tema. No importa ni su aspecto de regato lleno de lodo y troncos». Lo malo de eso es que los fondos que se destinan podían ir a otro proyecto que realmente fuera rentable.