Víctimas y radicales
LA SOMBRA de inconstitucionalidad que suscitaba la discriminación positiva de la mujer en el ámbito penal de la ley integral contra la Violencia de Género se ha tratado de obviar ampliando la protección, que ahora alcanza a las personas «especialmente vulnerables» a juicio del juez. Se repara así una insuficiencia jurídica. Lo sorprendente es que esta ampliación del objeto de la norma ha molestado a algunas radicales feministas, que creen que por esta vía se ha desnaturalizado una ley que, a su juicio, debía haberse dedicado monográficamente a la protección de la mujer. Tal radicalismo es insensato porque no tiene justificación: la violencia doméstica tiene también otras víctimas. ¿Qué razón de peso puede aducirse para no extender la protección sobre todas ellas?