EL BALCÓN DEL PUEBLO
En clave de congresos
ES EVIDENTE que el PP está atrevesando una situación de crisis en varias comunidades autónomas: Madrid, Galicia, Valencia, Extremadura, Asturias, etc. No afrontó un auténtico debate en su XV Congreso Nacional y eso se manifiesta ahora de cara a los sanedrines regionales. En Madrid de forma especialmente virulenta. El desencuentro entre Esperanza Aguirre y Ruiz Gallardón, modelo para denunciar la violencia política de género, lo escucharon sin necesidad de altavoces los representantes de los medios informativos. Ninguno se preocupó de guardar las formas. La presidenta de la Comunidad, que está más cerca de doña María La Brava y de Margaret Thatcher que de las tibiezas de salón, nada más echarse a la cara al corregidor Ruiz Gallardón, le soltó: «Qué mal lo has hecho ahora. Calladito estabas más guapo. Has vuelto a meter la pata». Le acusó de haber «quemado a su amigo Manolo Cobo» y el alcalde la reprochó que «machacara» a Pío García Escudero, quien se va sin decir ni su nombre, esto es: ni pío, de la presidencia del PP madrileño. En un día tan señalado, el de la Fiesta Nacional, con los ejércitos desfilando sobre el asfalto, las dos cabezas visibles del PP de Madrid se enfrentaron a bayoneta calada. También el secretario general, Ángel Acebes, escuchó la letanía de reproches del corregidor de la Villa y Corte. Y todo con luz y taquígrafos. Ni la presidenta ni el corregidor recurrieron a la sonrisa de la hipocresía, que es la más política que se conoce. En los círculos azules ya se visiona una tercera vía. La decisión del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, de hacer una minirremodelación de su Gobierno también tiene que entenderse en clave del próximo Congreso. Para asegurarse no tener mínimas contestaciones le convenía hacer una demostración de poder político y administrarivo. La remodelación ha sido tan mínima que no está claro que haya logrado los objetivos. Ahora bien, tampoco parece probable que a Juan Vicente Herrera le surjan problemas importantes, por lo menos desde la comunidad autónoma. Paradójicamente, los problemas más graves, si es que los tiene, pueden llegarle desde Madrid. O sea: desde Ángel Acebes, sobre todo si se agudiza la crisis nacional y viera en peligro su continuidad como secretario general del PP. Entonces, siguiendo una tradición inaugurada por Manuel Fraga, pero también utilizada por Javier Arenas y por Eduardo Zaplana, intentará tener una taifa en la que resguardarse. Esa es la batalla que libran Zaplana y Camps en Valencia. Y la que puede ser también fuerte en Ángel Acebes. De todas las maneras, del congreso regional del PP habrá mucho que escribir en las próximas semanas. Es cierto, sin sombra alguna, que no hay persecución en el PP de Castilla y León hacia Juan Vicente Herrera. Pero también es cierto que se afilan los cuchillos en las provincias, especialmente en León. Todos van a querer estar representados en la Ejecutiva Regional y, además, en mayor número que sus rivales. El congreso se perfila como muy difícil. Todos están ya apostados en la parrilla de salida.