Luces y sombras

EN LA tarde del pasado domingo lucía el sol y tardó en oscurecer. Pero el lunes nos cubrió de lluvia y a las siete y media la oscuridad era total en las calles, si exceptuamos las luces de los comercios y las de los vehículos que circulaban. Por citar un ejemplo, el alumbrado de delante del Hostal y de la rotonda del Auditorio no se encendió hasta las ocho menos veinte; y a menos cuarto seguía a oscuras Suero de Quiñones y Padre Isla. Por si no fuera suficiente, la lluvia dificultaba todavía más la visión y había lugares donde resultaba difícil ver a los peatones cruzar. En la chepa del paso que une al colegio de Quevedo con el parque del mismo nombre, una chica vestida de oscuro surgió de repente y más de un conductor se llevó un susto al no esperar que alguien cruzara en ese momento. Teniendo en cuenta que ahora cada vez se hará de noche antes y que abundarán los días oscuros, quiero recordarle a quien corresponda que no puede seguir retrasando el horario de encendido del alumbrado, so pena de que se produzca algún fatal accidente y haya que exigir responsabilidades municipales. Y el cambio horario está ya ahí. Y siguiendo con las sombras, es lamentable el aspecto de ese pequeño espacio que rodea a la vieja chimenea de ladrillo que hay junto a la entrada al párking del Hostal de San Marcos. Parece que sus dueños se han olvidado de él, y los matojos campan por sus respetos, ofreciendo una imagen deplorable de uno de los lugares más señeros de la ciudad, tanto en lo antiguo como en lo moderno. Urge su adecentamiento.