Más jefes que peones

MARÍA JESÚS RUIZ, a la que no conozco pero de la que tengo excelentes referencias, se despidió como consejera de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León con un asunto poco favorable para ella. Pretendió colocar a un político del PP para la dirección del Parque Natural más importante de la comunidad y el más antiguo de España, el de Picos de Europa. Mientras ella buscaba rendijas por las que colar el nombramiento, las otras dos comunidades que tienen presencia en el Parque, Cantabria y Asturias, se pusieron de acuerdo y designaron a su jefe de Servicio en Segovia. El asunto, digo, fue poco airoso para ella y nadie le quiere sacar más punta. María Jesús Ruiz salió muy reforzada políticamente del congreso nacional de los populares. El tirón orgánico lo aprovechó el presidente Juan Vicente Herrera para, en la minirremodelación del gobierno de la Junta, elevarla a vicepresidenta 1ª y portavoz. El caso es que ahora se estrena desde la cima con un marrón que se me antoja mucho mayor: con la pretensión de crear 90 nuevos jefes de Departamento, diez por provincia, que estarán por encima de los actuales jefes de Servicio. Los socialistas, por boca de su secretario general, Ángel Villalba, ya han adelantado su opinión contraria a estos comisarios políticos de libre designación, grupo A. La vicepresidenta de la Junta no nos ha explicado cuánto nos va a costar la creación de la figura de jefes de Departamento. Las cuentas serían fáciles de echar -algo así como dos y dos son cuatro- si todos llegaran de fuera: 90 nuevos despachos, 90 nuevos altos sueldos, 90 nuevas secretarias, 90 nuevos coches oficiales, 90 nuevos chóferes. ¿Cuántos millones de euros suman?. Villalba habla de 400 de las antiguas pesetas. No lo creo, porque habrá recolocaciones y ajustes de personal. Yo creo que Villalba se equivoca al ceñir su oposición al cliché económico. Esta es la pregunta fundamental: ¿Para qué se crean estos nuevos «puestos de trabajo»?. La explicación de María Jesús Ruiz no da respuesta a la pregunta. Y sin respuesta cada ciudadano puede llevarse las manos a la cabeza y suponer que la creación de los 90 jefes de departamento vienen a sumarse a los cien jefes de servicio que existen en las nueve delegaciones territoriales y a los más de 300 que existen en los servicios centrales de Valladolid. Como en las viejas brigadas de obras, llegará el momento en que habrá más jefes que peones. En medios políticos coincide todo el mundo en la explicación. La colocan a rebufo del próximo Congreso Regional del PP. Los 90 jefes de Departamento, más los subordinados a su alrededor, pueden ser un instrumento fundamental para recolocar a descolocados y sumar voluntades en un partido que tiene provincias muy revueltas, como es el caso de León. Si esto fuera así, se volvería a confirmar que el PP considera a la Junta de Valladolid como una finca particular, y a las provincias de la comunidad autónoma, como colonias de la metrópoli donde se practica el clientelismo y el caciquismo como arma fundamental de control político. El PSOE de Castilla y León ya ha anunciado que considera la medida ilegal. Otros con voz, pero sin pegada, y muchos sin representación dicen que, además, es indecente.