Los muertos arrojadizos

EL EX MINISTRO de Defensa Federico Trillo ha sido sorprendido en su mala fe. Ahora se demuestra que tenía en su poder un documento que advertía de los altos riesgos que se estaban corriendo al transportar militares en aquellos locos cacharros, largamente merecedores de la jubilación, que fueron en su día aviones de carga de la antigua URSS. El caso es que Trillo conocía «casi con toda seguridad» el informe del Centro de Inteligencia del Ejército de Tierra, aunque lo negara en el Congreso. Le queda al infausto ex ministro el resquicio del «casi», pero está claro que su lema es morir negando, como el de los buenos adúlteros, pero él sólo ha muerto políticamente. Los que murieron de verdad fueron los que iban en aquel Yak-42. En esta hora española se buscan afanosamente cadáveres para arrojárselos unos a otros. No importa su antigüedad: todos sirven para echárselos en cara. Los que enterraron en cal y los que se desperdigaron y mezclaron con la arena. Todos vienen bien para los mutuos reproches. Nos hemos convertido en un país de detectives que miran hacia atrás con ira y con deseo de revancha. Qué distinta sería nuestra reciente historia si todas las pesquisas que se están haciendo ahora se hubiesen hecho antes, pero parece que el único español capaz de volver la vista hacia el pasado irreparable es José Luis Garci. Mi amigo del alma ha montado en su Tiovivo a todos. Es la única forma de clausurar el rencor y sustituirlo por la piedad. Una piedad coral, empañada de melancolía. ¿Será verdad que «entre el mirar y el ver se queda el viento»? Lo cierto es que todos van a su aire y en el aire que respiramos huele a cadaverina. Sería razonable que parte del tiempo que se dedica a inspeccionar antiguas defunciones se empleara en impedir que haya otras nuevas. El grupo terrorista islámico detenido, cuyo proyecto más inmediato era volar la Audiencia Nacional, nació en la cárcel salmantina de Topas. Siempre han sido las cárceles un buen lugar para fraguar algo. Depende del cliente. Unos escribieron Mein Kampf y otros Las nanas de la cebolla .