Bush, segunda entrega

¿CUÁLES serán la sustancia y el tono del segundo mandato de George W. Bush? ¿Cumplirá su palabra de moderación, o, por el contrario, tensará aún más la cuerda de su arrojo visionario, del unilateralismo acrítico, despreciando las opiniones de buena parte de la comunidad occidental? No hay respuesta a estas preguntas: los optimistas auguran una mayor contención del reelegido presidente en tanto los pesimistas prevén que, ya que la ciudadanía ha respaldado tan masivamente la apuesta belicista, Bush se abandonará en manos de sus «halcones» y dará rienda suelta a la peligrosa estrategia del «ataque preventivo». Los europeos, siempre más escépticos que idealistas, tendemos a creer más bien esto último, aunque con la secreta esperanza de estar equivocándonos.