Y un jamón

A VECES ocurren cosas que te reconcilian con la vida. Acostumbrados como estamos a que cada uno vaya a lo suyo y a que cada día ocurran un sinfín de cosas malas hay quien se sorprende cuando le ocurre algo bueno y le hace sentirse enormemente feliz. La pasada semana recibí por la noche la llamada telefónica de una mujer que se sentía contenta, a esas horas quería comunicar la alegría a alguien y marcó el teléfono del Diario. Mi interlocutora dijo que todos los días en el periódico contábamos cientos de desgracias que ocurren en todo el mundo, incluso reconoció que esa misma mañana, cuando el cartero le llevó una carta en la que se le notificaba que había sido elegida para formar parte de un jurado en un próximo juicio, al comentar su mala suerte el cartero le dijo «Esto es como si te toca la lotería, pero al revés». Y ese comentario le había estado dando vueltas en la cabeza durante toda la jornada. Por eso cuando a última hora de la tarde entró al supermercado y compró embutido para la cena, no se podía creer que le había tocado un jamón «Sí, un jamón -me decía- a mí, que siempre creí que estas cosas no tocaban a nadie. Y hoy me ha tocado dos veces la lotería, aunque la primera fuera al revés, pero ésta me ha animado. Cuenten estas cosas también en el periódico, porque la gente tiene que saber que también hay cosas buenas y que el hecho de que te toque cualquier cosa puede animar la vida a cualquiera». Cuando colgó me quedé pensativa y me prometí contarlo aquí, claro que no era cualquier cosa lo que le tocó, sino un jamón.. .